With love - YunJae




Lo conoció un Noviembre rumbo a su trabajo. El tren estaba tardando en llegar y su desespero de siempre había pasado en segundo plano cuando su mente le dijo que podía apreciar más a aquel hombre en lo que su transporte llegaba.

No imaginó que esa persona se subiría al mismo tren y vagón. Dejaba de ver por algunos segundos; podría sentir su mirada y parecería un acosador si era atrapado. Su mente comenzaba a formular planes para hacer de su encuentro una casualidad.

Por pensar demasiado, casi se pasaba de su estación. No le convenía llegar tarde por segunda vez en aquella semana. Su jefe había sido muy amable en perdonarle la anterior.

Decidió concentrarse y trabajar duro ese día. Y fue recompensado al siguiente día, volviendo a mirar a aquel guapo hombre. Chocaría con él y eso haría que entablaran alguna conversación.

Parecía algo loco, pero realmente deseaba quitarse la inquietud de hablarle. Y lo hizo.

Resultaba ser que aquel hombre estaba por mudarse al departamento que estaba frente al de él. Sería su vecino en el transcurso de unos días.

Pero ser su vecino no había sido sencillo. Yunho organizaba fiestas cada dos fines de semana, y aunque era invitado a ellas, lo cierto era que deseaba pasar todo ese tiempo a solas, conociéndose.

Yunho parecía ser un hombre de extremos. Totalmente concentrado en su trabajo y muy dispuesto a pasársela bien cuando se encontraba libre. A Jaejoong le gustaba toda la determinación que ponía en sus asuntos.

Pero parecía que el único asunto en que Yunho no quería adentrarse, era en conocer a Jaejoong más allá de una amistad.

Yunho con el pasar del tiempo dejó de hacer fiestas tan seguidas en su apartamento. En su lugar, se internaba en el de Jaejoong y disfrutaba de la deliciosa comida que preparaba. 

Jaejoong pensó en que era posible que Yunho estuviera comenzando a verlo más allá de ser amigos. Su corazón se alegraba y bailaba de felicidad. Fue el primer paso para comenzar a comportarse más coqueto.

Y aunque fuera correspondido con sonrisas, Yunho no hizo mayor avance a sus coqueteos o insinuaciones acerca de la situación. Jaejoong dejó pasar todo un año luego de no ver ningún avance.

Su vida no contaba con algo extraordinario para contar. Lo único mágico que pasaba en su día, era ver a Yunho y sonreírle con tranquilidad. Algo que desde hacía dos meses que pasaba pocas veces; el trabajo lo absorbía demasiado.

Fue un Noviembre que Yunho volvió a tener una fiesta en su apartamento. Jaejoong se sintió herido al no ser invitado a la primera. Yunho fue a llamarlo a mitad de la fiesta, diciendo que se encontraba algo aburrido sin su presencia. 

Jaejoong decidió creer en aquellas palabras aunque luego fuera botado en aquel apartamento. Seguía preguntándose por qué accedió en asistir. 

Y es que deseaba ver a Yunho, aunque se encontrara haciendo cosas estúpidas con sus amigos.

Fue un Noviembre que Jaejoong decidió decirle a Yunho todo lo que pasaba por su mente. O parte de ello. Fue únicamente un “me gustas”  lo que hizo que Yunho saliera del apartamento de Jaejoong sin mencionar nada.

Había asumido que nunca más volverían a hablarse o siquiera mirarse. Pero una semana más tarde, Yunho volvió a hablarle como si nada. Como si lo que le había dicho habría sido olvidado en esos días.

Jaejoong decidió llevar la fiesta en paz. En todos esos meses, descubrió que prefería mil veces la amistad de Yunho, a no tenerlo nunca en su vida.

Quizá su corazón era muy débil y por ello pensaba así. Pero sus días tenían un brillo muy diferente cuando Yunho formaba parte de ellos. Deseaba vivir así por mucho tiempo más.

Pero su corazón también dolía. Y demasiado.

Fue un día de Noviembre que Jaejoong no pudo soportarlo más. Yunho parecía estar torturándolo con su cercanía extrema. Claro que no estaba obligado a ser amado porque lo trataba bien, pero el corazón de Jaejoong no podía comprenderlo. Mucho menos seguir aceptándolo.

Fue ese día que le gritó a Yunho que lo amaba. Que el último tiempo que habían compartido, había hecho que se fijara más en él como persona. Sabía que podía ser imposible ser correspondido, pero ya se encontraba cansado y herido por soportar todas esas palabras de amor que ansiaba decirle.

Yunho nuevamente se fue sin decirle nada a su confesión.

Jaejoong lloró esa noche, abrazándose fuerte por la nevada que azotaba en las calles y susurrando un te amo que ansiaba decir cada noche con Yunho a su lado.

Yunho se mudó del edificio al cabo de dos meses después. Sin ninguna despedida de por medio, ni mucho menos por alguna nota. Jaejoong se enteró el mismo día que un camión de mudanzas fue por las cosas de Yunho.

Fue un Noviembre cuando volvieron a verse en la estación de trenes. En el mismo vagón. Y aunque sus miradas se encontraron, ambos las desviaron y pensaron únicamente en su destino.

Jaejoong sonrió para sí mismo. Su corazón ya sólo podía guardar felicidad y paz en su interior.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Gracias por dejar tu comentario!