Yunho
sabía que su pareja no era como cualquier otra, sus ojos podían delatar lo
especial que era. Pero no podría decirlo a simple vista.
Jaejoong
adoraba pasar sus uñas sobre la piel de Yunho, dejando alguna que otra marca de
su rastro. Pero se iba intensificando conforme la excitación aumentaba. Una
pequeña cuchilla siempre estaba cerca de Jaejoong, y éste no dudaba en
utilizarla.
Miedo
fue lo primero que sintió en su primer encuentro sexual, pero la emoción no
podía ser dejada de lado, y el ver cómo Jaejoong manejaba la situación le
alegró de más. Mirar a Jaejoong tan determinado y excitado sólo lo orilló a
querer bajarlo de aquella nube, al punto de las lágrimas y luego consolarlo.
Pero
era el momento de Jaejoong. El que no dejaba de apreciar cada pequeña gota de
sangre que salía de su brazo, y también de su pierna.
Jaejoong
dejó marcas por lugares estratégicos, lugares que él volvería a buscar, según
sus palabras. La forma en que había pasado sus manos sobre su piel, con parte
de su sangre, lograba que todavía respirara agitado y con algo de dificultad.
Pero
nada se igualaba a lo que sucedía los 31 de Octubre. Ya era su quinto año de
pareja con Jaejoong, y la fecha comenzaba a ser igual de significativa como lo
era para su pareja.
Desde
una noche antes, ambos compartían la más apasionada sesión de sexo que pudieran
experimentar. Teniendo como sábanas, la ropa que usarían al siguiente día, con
la cual desfilarían por varias calles hasta llegar al bar donde sería la fiesta
de disfraces que sus amigos organizaban.
Todos
los elogiaban por imitar tan bien el olor de la sangre seca, y
ellos tan sólo sonreían e indicaban que se trataba de su propia sangre. Todos
respondían con una carcajada y les daban otra felicitación por su ingenio.
Pero
su amigo Changmin pronto dejó de seguir con ello, cuando descubrió algunas
marcas de cuchillo en sus brazos. El más joven no creyó para nada su excusa,
incluso le hizo saber que conocía que Jaejoong siempre portaba una cuchilla y
sus brazos tenían cicatrices de la misma.
Aquel
pequeño era tan inteligente.
Pero
no sabía que su Jaejoong también pagaba algo a cambio por disfrutar de su
cuerpo y sangre.
Tengo sed de sangre...
Jaejoong
intuyó que Yunho era igual de especial que él, con alguna característica que lo
resaltaba del resto de las personas que había conocido. Lo supo desde el primer
momento en que jugó con su mente y disfrutó sus lágrimas.
Yunho
había logrado herirle respecto a lo que usaba en aquel momento; y aunque
realmente había tomado tiempo en alistarse, cuando Yunho lo consoló sintió
tocar el cielo.
Habían
momentos en que ni siquiera sentía el llanto venir, pero quería satisfacer a
Yunho, quería que sintiera lo mismo que él vivía cuando una gota de sangre se
hacía presente ante sus ojos.
Yunho
disfrutaba de herirlo hasta las lágrimas y luego lo consolaba. Él disfrutaba de
la sensación en cómo las lágrimas y la sangre se combinaban durante el sexo.
Pero
todo llegó a ser un paraíso cuando volvieron un ritual el salir cada Halloween con
marcas de cortes, sangre y lágrimas.
Su
amigo, Yoochun, los había visto una vez a la lejanía mientras Yunho comenzaba
con su proceso de excitación. Lo había detenido.
La
frustración de Yunho era latente, pero no pasaba de mirar mal a su amigo. Y
Jaejoong no lo dejaría así.
Supo
que su amigo no quedó muy feliz, pero enfrentarlo e indicarle que ese no era su
asunto fue lo único que se le ocurrió hacer. No quería que Yunho sintiera lo
mismo que él cuando Changmin le había arrebatado su cuchilla y tirado por el
desagüe.
Todavía
tenía rencor contra el menor. Se trataba de su cuchilla favorita, la que tenía
desde los quince años.
Ese
día, Jaejoong había llorado hasta el cansancio frente a Yunho, disfrutando cada
embestida que el otro le daba. Cada golpe y jalón de cabello que le brindaba.
Ese día, Jaejoong no pensó más que en dejar gozar a su pareja, luego él
recuperaría cada lágrima derramada.
Tengo
sed de lágrimas...
-
Éste año has escogido la vestimenta más horrible para usar, Jaejoong. -Yunho
observaba a su novio de pies a cabeza.
-
¿Realmente lo crees? Pienso que se ve lindo, está de moda el personaje.
-Jaejoong miraba su vestimenta con un puchero; le había dolido el tono que
Yunho había utilizado.
-
Por supuesto. Pareces un maldito prostituto. ¿Acaso quieres venderte con todo
aquel que te vea en la calle?
-
N-no... -limpió una lágrima que se escapó. - No pensé para nada en eso,
simplemente me gusta.
-
Pero te ves como todo un prostituto. - Yunho hizo que Jaejoong diera una vuelta
para observar mejor el traje. - Un traje completo de red abajo, un muy corto y
revelador pantalón blanco y tu estúpido chaleco de lona que no tapa más que tus
tontos pezones. -Yunho jaló un arete del pezón de Jaejoong, ocasionando que el
otro gimiera del dolor.
-
Pero me gusta mucho... -Jaejoong comenzaba a dejar salir las lágrimas que no
quería derramar. Quería defender su vestimenta.
- Y
toda tu estúpida joyería... realmente quieres que obtenga dinero de ésta
salida, ¿cierto? -Yunho le dio una fuerte y segura nalgada.
-
N-no, no quiero -Jaejoong se abrazó a Yunho, rompiendo en llanto. Yunho dio
unas cuantas caricias a la espalda de su novio, para darle algo de consuelo. -
Estaré contigo... nada más.
-
Entonces demuéstramelo. -Yunho obligó a Jaejoong hincarse, quedando su cara
frente a su pene.
-
Pe-ro yo... -Jaejoong lo miró desde abajo, siendo adornado con sus lágrimas.
El
pene de Yunho comenzaba a sentir la opresión que su pantalón le brindaba, pero
debía controlarse. Todavía faltaba mucho como para terminar tan rápido.
- No
tengo toda la noche, Jaejoong. -Tomó fuertemente del cabello a Jaejoong y frotó
el rostro por gran parte de su entrepierna.
Jaejoong
colocó sus mano sobre la cadera del otro, tratando de alejar su cara un poco y
finalmente complacer a Yunho.
-
No, cariño. Es tu castigo por querer salir como todo un prostituto mañana.
-Yunho jaló un poco más fuerte el cabello del otro. Jaejoong respondió alejando
sus manos de su cuerpo. - Muy bien.
Yunho
bajó el cierre de su pantalón, moviendo su ropa interior para que su pene
encontrara un lugar para salir y presentarse ante un expectante y sumiso
Jaejoong.
Cuando
el pene de Yunho estuvo finalmente afuera, Jaejoong deseaba introducirlo en su
boca y lograr que Yunho se corriera por lo bien que lo haría. Pero también
necesitaba morderlo un poco, presionar de más en cada vena que lograra ver.
Ambos
se miraron por unos segundos, directamente a los ojos. Y aunque la mirada de Yunho
reflejara el puro deseo y la de Jaejoong seguía adornada con lágrimas, el amor
logró colarse entre ambos.
Jaejoong
poco a poco acercó su boca al pene del otro y comenzó con pequeñas lamidas,
dejando uno que otro rastro de saliva. Le dio unos pequeños besos, apreciando
la excitación en aumento. Cuando introdujo la cabeza del pene, hizo que Yunho
volviera a tomarlo del cabello, logrando que el pene de Jaejoong comenzara a
reaccionar y doler por la pequeña prenda que lo restringía.
-
Yunho... -Jaejoong logró suplicar antes de que Yunho lo obligara a introducir
su pene en la boca. Retorcía su cuerpo para frotar su pene contra algo, sus
manos no pasaban más allá de su cintura en caso de que Yunho lo notara y lo
castigara por ello.
-
No, cariño... -Yunho apartó a Jaejoong, agachándose un poco para estar cara a
cara. - Es hora de que yo me divierta.
Tengo
sed de tu cuerpo y esos labios...
Era
treinta y uno de Octubre y la emoción contenida en su interior finalmente
podría salir.
Yunho
ya no se encontraba a su lado cuando abrió sus ojos, pero otra vestimenta se
encontraba colgada a un lado de la puerta del baño. Debía admitir que ambos
disfraces combinaban entre sí.
Se
animó a sí mismo a levantarse y comenzar a preparar lo que debía llevar para la
fiesta de esa noche. Sería en casa de Junsu, y por tanto, su amigo les había
pedido varias cosas para la fiesta.
Era
el único del grupo que seguía viéndolos con los mismos ojos inocentes desde el
primer día que se conocieron. Seguía preguntándose la razón por la cual Changmin
o Yoochun no le decían nada de lo que habían descubierto; pero le importaba muy
poco, la verdad.
Aunque
sabía que su inocente amigo no lo era tanto. Si bien cada año
eran alagados por los invitados en las fiestas, Junsu era el más emocionado
luego del primer año. No había dejado de preguntarle a Jaejoong el secreto de
la sangre "falsa" en su ropa.
Nunca
se lo dijo, por más que aquellos ojos soñadores lo miraban anhelante con la
respuesta. Junsu tenía su misma edad, pero seguía con tantas cosas que no sabía
de la vida, que decirle que la sangre era suya y de Yunho lo enloquecería. O
eso pensaba.
Se
levantó y tomó una larga ducha. Luego de eso saldría por las bebidas y algunas
botanas que debería llevar. Se sentía genial llegar a primera hora a la fiesta.
Todavía
quería saber la razón por la cual Yunho no había amanecido a su lado. Esperaba
que se tratara de los dulces extraños que Junsu le encargó.
Cuando
regresó a casa con todo lo pedido listo, finalmente pudo ver a Yunho ese día.
-
¿Dónde estabas? -Dejó las bolsas de la compra sobre la mesa del comedor y
caminó hacia la sala, donde Yunho se encontraba arreglando unas cosas.
-
Comprando lo que Junsu pidió. Recorrí varios kilómetros por sus extraños y
costosos dulces. -Jaejoong notó las bolsas sobre la mesa de centro. - Y también
por algo especial.
-
¿Algo especial? -Jaejoong se emocionó cuando lo que Yunho tenía en sus manos
parecía tener forma ante sus ojos.
- No
es tu cumpleaños o navidad, pero deseaba dártelo. -Yunho se levantó y con una
enorme sonrisa en su rostro le mostró un cuchillo militar botero negro.
- Es
hermoso. -Jaejoong lo tomó con cuidado, girándolo como si lo estuviera
exhibiendo. - Yo... ¿podría? -miró a Yunho.
-
¿Qué tal hoy? -Sonrió. - Anoche fue...
-
Todo para ti -ambos sonrieron. -Yunho rodeó la cintura de Jaejoong con sus
brazos, acercándolo más a su cuerpo. - Es hermoso. Gracias.
Se
mantuvieron abrazados por un buen rato. Yunho inhalaba el aroma de Jaejoong,
era tan exquisito. Jaejoong no dejaba de mirar el cuchillo; le fascinaba el
color, y la forma parecía ajustarse totalmente en su mano. Acarició la espalda
de Yunho con la punta del cuchillo, Yunho se estremeció ante ello.
-
Debemos preparar todo para más tarde. -Yunho rompió el abrazo.
-
Muy cierto. Mi traje le hace falta su toque especial. -Jaejoong caminó hacia la
habitación, con un toque muy sensual, provocando a Yunho.
Yunho
siguió a su pareja, sintiendo su excitación a cada paso que se acercaba. Cuando
entró a la habitación se encontró con un Jaejoong desnudo de su torso, luchando
por quitarse sus pantalones.
-
¿Necesitas ayuda con eso? -Jaejoong se giró, sonriendo al ver a su pareja
recostado en el marco de la puerta. La mirada de Yunho expresaba todo lo que
deseaba hacer, pero ahora era su momento.
- Un
poco, sí. -Su emoción aumentaba cada paso que Yunho daba hacia él. Sus manos
cosquillaban por acariciar aquel cuerpo, pero en especial deseaba utilizar el
regalo de Yunho y dejar algunas marcas de cortes. Y sus labios se desesperaban
por saborearlo.
-
Muy emocionado, ¿eh? -Yunho llevó su mano hacia la entrepierna de Jaejoong,
acariciándola lentamente. El cuerpo de Jaejoong se estremecía con cada
toque.
Yunho
despojó a Jaejoong de toda prenda, lo observó por unos segundos. Demasiado
hermoso. Giró el cuerpo del otro y lo acorraló en la pared, donde los disfraces
se encontraban.
-
Yun...ho. -Jaejoong logró decir sobre su desesperante deseo. -Quiero usarlo.
Yunho
no necesitaba mayor explicación. Con todas sus fuerzas, se separó de su
excitado novio y comenzó a desnudarse, mientras Jaejoong comenzaba a colocarse
su disfraz. Siguiéndolo al cabo de pocos minutos.
Había
obtenido aquellos disfraces desde hace algunos días, era otra sorpresa para
Jaejoong. Sabía que su pareja llegaría con algún disfraz y él lo desacreditaría
y disfrutaría de ello; pero nunca esperó que sería demasiado excitante ver a
Jaejoong con ropa tan reveladora. Y mejor aún, que fuera parte clave para
hacerlo vulnerable y luego consolarlo.
Un
simple vestido blanco de hospital y una vestimenta rústica con un delantal de
carnicero a juego sería los disfraces de esa noche.
Le
había parecido curioso mirar en televisión de un capítulo de una serie donde un
hombre y su víctima se enamoraron, pero al final, la muerte había llegado para
ambos. Eso le había dado la idea de conseguir algo igual.
El
que Jaejoong usara aquella prenda de color blanco, le hacía pensar en toda la
inocencia que lograba guardar sobre algunas cosas de la vida. Y él,
simbólicamente, deseaba quitarle aquello.
Sus
labios se encontraron luego de unos segundos de observación entre ambos.
Jaejoong frotaba cada vez más desesperado su cuerpo contra el de Yunho,
disfrutaba la sensación que el frío delantal dejaba sobre su piel expuesta.
Yunho
comenzó a introducir sus manos por debajo del vestido de hospital. Jaejoong se
apartó.
- No
sin mi regalo a la mano. -Jaejoong se apresuró a tomar su cuchillo de la cama.
Donde lo había dejado para desvestirse.
Sentó
a Yunho en el borde de la cama, sentándose sobre él y comenzando a acariciar
sus brazos y torso. Adoraba no tener nada debajo de aquella vestimenta, su pene
se endurecía cada vez más por el material grueso y frío del delantal.
Pasó
la punta de su cuchillo por el antebrazo de Yunho, rasgando la prenda y dejando
una marca superficial en la piel. Hizo lo mismo del otro lado. Luego se dirigió
a su propio cuello, pasando el arma comos si de una pluma se tratara.
La
primer herida que finalmente le brindó sangre, fue sobre él, a un lado de su
pezón izquierdo, totalmente erecto. Luego fue con el derecho. Odiaba dejar las
cosas disparejas.
Los
cortes no habían sido muy profundos, pero sí lo necesario para que un poco de
sangre manchara su, hasta ahora, blanco vestido. Su excitación no se detenía,
más cuando Yunho frotaba su trasero con la tela del vestido de por medio.
Adoraba
las texturas casi como ver la sangre recorrer un cuerpo desnudo.
-
¿Qué más deseas? -Yunho habló sin esconder su excitación. Su pene cada vez más
sobresalía sobre su ropa y Jaejoong ansiaba probarlo.
- A
ti.
Jaejoong
atacó los labios de Yunho, pegando más sus cuerpos y dejando unas pequeñas
manchas de su sangre sobre el delantal. Dirigió al cuchillo hacia la espalda de
Yunho, donde desgarró parte de la playera.
No
deseaba deshacerse de su cuchillo, pero ya no podía soportar no tener el pene
de Yunho en su interior. Le entregó el arma a Yunho luego de separarse del
beso, quien lo miró extrañado.
-
¿Qué sucede? -Yunho sostuvo con fuerza el cuchillo, su otra mano seguía
descansando sobre el trasero de Jaejoong.
-
Entra en tu papel. -Jaejoong frotaba su pene contra Yunho, mordiéndose su labio
inferior. - Hazlo, sin miedo.
Jaejoong
se tiró sobre la cama, con sus piernas entreabiertas, a la espera de Yunho.
Con
un poco de inseguridad, Yunho se levantó y miró a Jaejoong. Tenía una imagen
totalmente erótica frente a él, pero lo que su novio le había pedido seguía
rondando en su mente. Más le valía a Jaejoong soltar algunas lágrimas o
buscaría la forma para recompensarse.
-
Espero ver tu rostro empapado, bebé. -Jaejoong lo miró con asombro, sin darse
tiempo para asimilar el primer corte.
Yunho
cortó dos veces la piel de Jaejoong. Se sentía raro el hacerlo, pero miraba el
rostro del otro y el éxtasis lo inundaba, entonces siguió.
Cuando
varios rastros de sangre se dejaron ver en la vestimenta, Yunho volvió a mirar
el rostro de Jaejoong, quien tenía varias lágrimas derramadas. Tiró el cuchillo
en el suelo, y lo siguiente que Yunho recordaba, era la fascinante sesión de
sexo que ambos habían compartido.
Ambos
disfraces se impregnaron de sangre. Jaejoong se encontraba muy feliz. Por algún
extraño motivo, deseaba ver a Junsu y la expresión que le daría.
- Ya
es tarde. -Jaejoong volvió a caer sobre la cama cuando trató de levantarse. Los
cortes no habían sido tratados y seguía con ese exquisito ardor.
-
Déjame curarte un poco. -Yunho caminó hacia el baño, tomando lo necesario para
tratar los cortes que le había proporcionado a Jaejoong.
Cuando
Yunho iba a curar los cortes que Jaejoong se hizo a un lado de los pezones,
éste último lo detuvo.
-
Estos... no. Por favor. -Susurró, sonrojándose un poco.
Yunho
lo miró con una sonrisa y se dedicó a curar las otras heridas. Cuando terminó,
limpiaron el pequeño desorden que ocasionaron por su apasionado momento, para
luego llevar todo hacia su automóvil y dirigirse finalmente a la casa de Junsu
y comenzar con la fiesta.
-
¡Finalmente llegan! -Junsu abrazó a ambos. Yunho y Jaejoong se sonreían con
complicidad. - Vaya, realmente se tomaron a pecho su temática para cada año.
-Junsu miraba a Jaejoong de pies a cabeza, jugaba con sus manos con nerviosidad
y algo de emoción.
-
Aquí está lo que has pedido, Junsu. -Yunho sonrió al menor, tomando lo que
Jaejoong llevaba y acercándolo a la mesa donde Yoochun y Changmin ya se
encontraban. - Lindos disfraces.
-
Lástima que no podemos decir lo mismo de los suyos. - Changmin se cruzó de
brazos, con su disfraz de, mientras que Yoochun usaba un disfraz de policía.
Ambos lo miraban analizándolo.
-
Ésta vez tienes que decirme tu secreto, hyung. -Junsu y Jaejoong se
acercaron a la mesa. - Me gustaría que Changmin y yo intentáramos algo así
algún año. -Se sentó como un niño recibiendo su dulce.
-
Sólo pueden hacerlo las parejas que se aman demasiado, Junsu. -Jaejoong miró a
Yunho. Su sonrisa de complicidad se avivaba cada vez más.
-
Eso es mentira. -Changmin se levantó y se colocó detrás de Junsu. - Ningún
disfraz medirá mi amor por Junsu.
Jaejoong
y Changmin se dieron una dura batalla de miradas, Junsu comenzaba a sentirse
incómodo y se preguntaba lo que había hecho mal.
-
¿Qué se supone que eres, Junsu? -Yunho preguntó con una sonrisa. Quería que la
tensión se fuera.
-
Una oveja, hyung. ¿A qué es tierno? -presumió con orgullo.
-
Por supuesto. -Yunho revolvió su cabello pese a la diadema con orejas
integradas que formaba parte del disfraz. - ¿Faltará mucho para que la fiesta
empiece?
-
No. No tardarán en venir. -Junsu se levantó y acomodó lo que sus mayores tan
amablemente habían conseguido por él.
Mientras
Junsu ultimaba detalles, los otros cuatro se quedaron en el comedor, mirándose
unos a otros sin decirse nada. Tanto Yoochun como Changmin deseaban acorralar a
sus amigos y hacerles ver lo malo de la situación; pero ellos únicamente
sonreían y seguían de paso sus consejos.
-
Sea lo que sea que tengan -habló Yoochun. - No traten de involucrar a Junsu. He
visto la forma en que mira sus disfraces.
- ¿Y
qué si le gusta? -Jaejoong habló en su defensa. Después de todo, no se sentía
un ser malvado simplemente porque le gustaba ver sangre. No era un asesino a
sangre fría.
- Es
tu sangre, ¿no es así? -Yoochun lo encaró. - Changmin me lo ha contado. Como
también le conté la forma en que Yunho te trata. ¿Y dicen amarse?
-
Nos amamos. -Yunho respondió sereno. - Pero es algo que nunca comprenderían.
-
¿Nunca comprenderíamos? -Changmin se ofendió. - ¿Y cómo explicas a una relación
donde uno le fascina hacer llorar a su novio mientras el otro lo corta hasta
ver sangre rodeando todo su cuerpo? Ambos están enfermos.
-
¡No lo estamos! -Jaejoong se levantó, golpeando la mesa. Pero en ese momento,
el timbre de la casa se hizo escuchar, opacando toda la atención de Junsu.
-
Hablaremos luego de eso. -Yoochun caminó hacia la entrada, para ayudar a Junsu
a recibir a los invitados.
La
fiesta transcurría como los años anteriores. Todos admirando los disfraces del
resto, disfrutando de la comida y la música que sonaba en el lugar.
Pero
Junsu no perdía momento para tratar de abordar a Jaejoong con preguntas acerca
de su disfraz. Intuía que había algo más, y le emocionaba los secretos.
- ¡Hyung!
-Junsu llamó la atención de Jaejoong, que se encontraba charlando con algunos
invitados.
- La
fiesta está yendo muy bien, Junsu. Gracias por invitarnos. -Comentaron antes de
marcharse y dejarlos solos.
-
¿Qué sucede? -Jaejoong podía imaginar. Pero quería que se animara a decirlo.
-
Re-recuerdas... -tragó duro. Tomó un poco de su jugo y encaró a Jaejoong. -
¿Recuerdas que te pedí tu secreto sobre tu disfraz? -se avergonzó.
-
Claro. ¿Qué quieres saber sobre la sangre? -Jaejoong enarcó una ceja cuando el
menor miraba hacia todos lados.
-
¿Por qué piensas que pregunto nada más por la sangre? -Se terminó el líquido de
su vaso. Más nervioso.
-
Nuestros disfraces no son tenebrosos... no sin la sangre. -Jaejoong sonrió.
Dios, comenzaba a excitarse de sólo recordar las noches en que Yunho y él
habían tenido sexo con sangre de por medio. - Sé que te llama la atención
también.
-
Changmin dice que eso no es correcto. -Junsu bajó la mirada, se sentía culpable
y un delincuente por preguntar algo que su pareja ya le había prohibido
mencionar.
-
¿Quieres tomar a un desconocido y herirlo para ver como sale la sangre de su
cuerpo? -El rostro horrorizado de Junsu le dio un poco de calma. Él tampoco
tenía interés en algo así.
-
¡Por supuesto que no! Pero... -miró nuevamente hacia cualquier lado que no
fuera Jaejoong. - Pero imaginar a Changmin o a mí sí que me emociona. Quizá
sólo necesito algo que simule la sangre o algo, ¿cierto?
Jaejoong
sonrió y acarició el rostro del menor.
-
¿Te gustaría saber lo que Yunho y yo hacemos para los disfraces?
-
¿Podría?
-
Por supuesto. Pero debemos ir a un lugar sin tantas personas. -Jaejoong logró
divisar a Changmin por el rabillo del ojo.
-
Oh... sí. Bien, vamos a mi habitación. La fiesta parece ir bien sola
-sonriente, comenzó a caminar hacia la planta alta de la casa.
- No
sé cuánta mierda tiene tu estúpido novio en la cabeza. Pero no quiero que meta
a Junsu en eso. -Yunho lo miraba enojado y sin comprender.
-
Sé que no nos entiendes y que te molesta su actitud, pero deja de
insultar a Jaejoong o no responderé, Changmin. -Yunho respiraba agitado por el
enojo.
-
Entonces ve y deténlo de la locura que piensa hacer con mi novio.
-Señaló las escaleras donde Jaejoong y Junsu subían el último escalón. - Eres
el único que escucha.
-
¿Qué sucede? -Yoochun se acercó a ellos al ver las miradas las retadoras entre
sí.
-
Pasa que el estúpido de Jaejoong piensa adentrar a Junsu en su mierda. -Ni bien
había terminado de decirlo, Yoochun corrió en busca de ellos.
-
Jaejoong no está en ninguna mierda. -Escupió con odio, para luego seguir a Yoochun.
Changmin
trató de calmarse. En su interior esperaba que Jaejoong realmente no hiriera a
Junsu. Que su locura no pasaba de herirse a sí mismo y a Yunho, quien había
sido consumido por su locura.
Cuando
llegó a la habitación de Junsu, se topó que Yoochun y Yunho trataban de abrir
la puerta.
-
¿Qué sucede? -Preguntó mientras su respiración comenzaba a agitarse ante todas
las posibles ideas.
-
Jaejoong bloqueó la puerta. -Yoochun dijo mientras hacía su tercer intento de
derribar la barrera.
- No
estás seguro que fue Jaejoong. -Defendió Yunho, para luego hacer lo mismo que
Yoochun.
-
¡Deja de defenderlo! -Yoochun le gritó. - No sé quién empezó y quién siguió al
otro. Pero sé que ambos ahora tienen su mente y alma tan retorcida como para
defender un asesinato.
-
¡Ninguno de los dos matará a nadie! -Yunho y Yoochun estuvieron a unos segundos
de llegar a los golpes, pero Changmin los detuvo.
-
Yoochun, ve por la llave al cuarto de limpieza. Yo seguiré tratando de
derrumbarla. -Yoochun obedeció a regañadientes. - Más te vale que Jaejoong
realmente no mate a Junsu. De lo contrario, yo me encargaré de que tonta
afición se vuelva en su peor pesadilla.
Yunho
lo observó, con miedo y algo de incredulidad. ¿Qué si Jaejoong realmente dejaba
ir su mano y le quitaba la vida a Junsu? Sabía muy bien que lo quería, pero
Jaejoong se volvía en otro cuando miraba el arma entrar por su piel; peor
cuando la primer gota de sangre salía.
Changmin
siguió intentando hasta que un agitado Yoochun regresó. Con nerviosismo, entró
y la escena que lo recibió lo dejó casi sin aliento.
Un
sonriente Junsu se encontraba recostado en su cama, con las sábanas alborotadas
y su, hasta ahora blanco, disfraz totalmente manchado con sangre. Corrió hacia
él, soltando un fuerte suspiro de alivio al encontrarlo con vida.
-
Jaejoong... -Yunho corrió y tomó a su pareja. Tomó el cuchillo. El mismo que él
le había regalado horas antes; la culpa comenzaba a recorrer su cuerpo. ¿Y si
Junsu no sobrevivía?
- No
es nada profundo. Sólo debes curarle las heridas. -Jaejoong se dejó arrastrar
por Yunho, saliendo de la habitación.
Yoochun
corría para obtener una caja de primeros auxilios y empezar a curar a Junsu.
Changmin seguía sin poder creerlo. Junsu lo miraba directamente a los ojos, con
una enorme sonrisa en sus labios.
-
Quiero intentarlo contigo. -Aquellas palabras de Junsu hicieron que el mundo de
Changmin se agitara demasiado rápido.
Sentía
que el suelo se movía y no tenía en qué sostenerse para soportarlo. En su
interior, herir a Jaejoong era lo primero que resaltaba en todo.
-
Changmin. Por favor, quiero intentarlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¡Gracias por dejar tu comentario!