Dame la oportunidad de conquistarte - Capítulo 1

Aclaraciones:
-¿Asombradas con Karam? Yo no~ y no lo defenderé sólo porque lo he creado así. Es... con el tiempo (espero) que puedan decirme porque Karam es así. Por ahora, debo decirles que la actitud de Karam existe~ es real y bueno, no teman, sé que no saldrá(?)
-Lo otro es, que muchas gracias a quienes han comentado. Y me encantaría que me dijeran cuál es su cuenta de twitter para nunca dejarlas de lado en las actualizaciones. O bien, sí es que ustedes se enteran mediante las publicaciones del grupo de facebook^^
-Sin más, disfruten~


Capítulo 1

14 años más tarde…

-¿Estarás ocupado en la noche? –Yihan se estaba colocando su abrigo para salir de la estación de policías.

-Debería ser yo quien pregunte eso. –Jaejoong rió al otro lado de la línea.

-Quizá… -Yihan también rió. Tomo todo lo necesario y salió del lugar, por un nuevo caso. –Pero ya he pedido esta noche libre. Así que, solo falta que me confirmes si podemos hacer planes o no.

-¿Ya tenías algo planeado, no es así?

-Siempre me atrapas en lo que deseo hacer. No es posible, el que investiga aquí soy yo. –ambos volvieron a reír.

-Estoy libre para ti cuando quieras. Debo aprovechar esos momentos, pocas veces tienes momentos libres.

-Lo sé y lo lamento.

-Estoy bien con ello, de lo contrario hace tiempo me habría ido. –esta vez, solo fue Jaejoong el que rió y luego de eso se produjo un silencio incómodo. -¿Yihan? ¿Sigues ahí?

-Sí, lo siento. Estaré ahí a las siete, me arreglaré y nos iremos, ¿está bien? –sonrió, tratando de animarse.

-Totalmente de acuerdo. –y la llamada se cortó.

Yihan dio un largo suspiro y se concentró en el caso que tenía que resolver.

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-Yunho, vamos, levántate. Tienes visita, no debes estar así. –Jihye trataba de levantar a su hermano. Se había vuelto demasiado perezoso por las mañanas y más ese día que era sábado, días en los que normalmente se levantaba a medio día o un poco antes.

-Dile que enfermé. No quiero ver a nadie. –Yunho llevó sus sábanas hasta su cara y se acomodó más en la cama.

-¿Ni porque soy yo quien visita? –Karam se apareció en el umbral de la puerta de la habitación de Yunho, sorprendiendo un poco a Jihye, pero esta no dijo nada.

-Los dejo solos. –Jihye dio una sonrisa de compromiso a Karam y se marchó de allí.

-Karam, por favor. No quiero visitas a esta hora de la mañana. –Yunho en ningún momento hizo el ademán para verlo y el menor se sintió frustrado.

-Vamos, Yunho. No puedes estar así. Vamos, solo siéntate y come de lo que te traje, ¿bien? –forzó una sonrisa e intentó tranquilizarse. –Tiene fresas –escuchó un resoplido por parte del mayor y se sintió feliz por un momento.

-Solo deja que me lave la cara y la boca. –Yunho se levantó perezosamente y a Karam no le importó.

Yunho siempre se había comportado así. Pero nada que unos sobornos con su postre favorito y palabras dulces no ayudaran a que este se levantara.

Desde que el accidente había sucedido, los padres de Karam se habían vuelto muy distantes. Sobreprotegían a Karam y no podía ir a ningún lado si Yunho no lo acompañaba. Aunque esto último no le desagradaba para nada, le encantaba presumir al hombre que siempre lo acompañaba.

Yunho regresó del baño con mejor aspecto y Karam sonrió. Le sirvió un poco de lo que llevaba y se lo extendió cuando Yunho volvió a sentarse en su cama. Hablaron de cosas triviales, siendo Karam muy cuidadoso de que hablarían, pues parecía como si no había pasado mucho tiempo desde todo lo que había sucedido.

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-Te ves muy guapo. –Yihan habló desde el marco de la puerta de la habitación de Jaejoong. Este último giro para verlo y le sonrió.

-Lo dice el que aún tiene su ropa de trabajo. –ambos rieron.

-Entiendo, debo cambiarme. –Jaejoong asintió sonriente y terminó de arreglarse mientras Yihan entró a bañarse.

Minutos más tarde, Yihan y Jaejoong se encontraban en uno de los reconocidos restaurantes de Jeju. Se encontraban charlando y riendo en lo que su comida llegaba.

-Fue entonces que le dije que no estuviera con sus juegos. Con Yihan todos confiesan. –Jaejoong volvió a reír con lo que el mayor contaba mientras este volvió a tomar un poco de su copa.

-Yihan… debo decirte algo. –Jaejoong habló un poco temeroso. No sabría cómo el otro tomaría lo que iba a decirle.

-Oh… -Yihan lo miró fijamente a los ojos. –Claro, adelante. –le brindó una enorme sonrisa al notarlo un poco nervioso.

-Es… a la empresa le ha ido muy bien. –Jaejoong volvió a tomar de su bebida para controlar sus nervios. Yihan rió al ver lo tierno que podía verse incluso en esos momentos. -¿Por qué te ríes? –Jaejoong frunció el ceño.

-Te ves tierno incluso en estos momentos. –llevo su mano para ocultar su risa. –Vamos, continúa. –Jaejoong le lanzó una mala mirada y un puchero, pero decidió seguir.

-Me trasladaron hacia la sede central. En Seúl. –Yihan detuvo todo movimiento, ya que iba a beber nuevamente de su copa. Colocó el objeto nuevamente sobre la mesa y dirigió su vista hacia Jaejoong, el cual tenía la mirada gacha.

-Bueno, me quitaste un peso de encima. –Jaejoong lo miró con preocupación. –Creí que tendría que convencerte o algo parecido para que me acompañaras a Seúl. –Jaejoong seguía sin comprender. –También me trasladaron a una comisaria en Seúl. –hasta entonces, en esa velada, Jaejoong lo vio completamente sonriente.

-¿De verdad? –Jaejoong lo vio emocionado. Yihan asintió. El mesero llegó con su comida y se dispusieron a comer al fin.

Al momento de llegar al postre, Jaejoong ya se encontraba más relajado. No podía creer que iría a Seúl, en su memoria, siempre había querido ir a ese asombroso lugar. Y le apenaba el poder dejar a Yihan solo, ya que aquel hombre siempre lo había ayudado y cuidado. Yihan era todo lo que tenía.

Al regresar a casa, ambos no dudaron en cambiarse de ropa e irse inmediatamente a la cama. Sus trabajos eran muy agotadores y el sueño era algo que apreciaban demasiado. El día de mañana ellos hablarían mejor sobre todo lo que tendrían que hacer para el viaje.

Sobre todo Yihan, que tenía que hablar con su jefe sobre dicho traslado.

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Yunho y Karam se dirigían para la empresa donde el mayor trabajaba. Karam siempre había tenido que ir a dejar a Yunho a gran parte de lugares que este fuera por compromiso. De pronto se había vuelto el “cuidador personal de Jung Yunho” y él era muy consciente de ello, pero nuevamente, no le importaba.

-Bien. Vendré a la hora del almuerzo y espero hayas realizado algo de tu trabajo. No quiero que Krystal nuevamente me pida que te observe para que termines todo lo que tienes pendiente. –Yunho comenzaba a bajar del auto del menor.

-Si mamá. Haré todo lo que la maestra me diga. –bromeó Yunho, haciendo que Karam riera.

-Como sea, terminarás todo. Me quedaría pero tengo clases y ya estoy en mi último año, así que… -Yunho asintió comprensivo.

-Nos vemos luego.  –Karam se fue y Yunho dio un suspiro largo, para luego ingresar al enorme edificio y dirigirse a su aburrida oficina (según él).

Yunho entró y observó todo con algo de nostalgia. Lentamente entró y se sentó en su escritorio. Observó por varios segundos todo lo que tenía sobre su escritorio. Abrió un pequeño cajón de su escritorio y se quedó congelado con lo primero que vio. Tomo aquel marco y lo miró por varios minutos.

Era una foto de él y Jaejoong.

Él no recordaba haber guardado aquella fotografía. Volvió a colocarla sobre su mesa y dirigió nuevamente su mirada hacia aquel cajón. Arrugó su entrecejo al ver otras fotos importantes para él.

Todas las fotos que tenían a Jaejoong en ellas, se encontraban ahí guardadas. Se encontraba pensando en ciertas posibilidades de lo que habría ocurrido, mientras colocaba una a una nuevamente sobre la mesa.

Luego de un tiempo, comenzó a realizar todo su trabajo pendiente (que gracias a Karam, no era tanto).

El medio día llegó y junto a él, Karam. Puntual como siempre. Fueron a comer a la cafetería del edificio, hablaron de lo que había sucedido en las horas que no se vieron (Karam fue el que más habló). Al terminar sus comidas, Karam acompañó a Yunho hasta su oficina.

-Vendré hasta más tarde. –Karam abrió la puerta de la oficina del mayor y justo cuando iba a salir, chocó con un cuerpo.

-¡Oh! Perdo-… -Yoochun iba a pedir disculpas cuando observó al otro chico. –Karam… -susurró.

-Yoochun-ssi. Lo lamento. –pidió disculpas y luego se marchó.

-Era… ¿Karam? –Yoochun entró lentamente a la oficina del otro.

-¿Quién más sino? –Yunho no despegó su vista de las hojas de trabajo que tenía frente a él.

Luego de un momento de silencio, Junsu y Changmin entraron también a la oficina de Yunho.

-No puedo creer que él chico que vimos sea Karam… -soltó sin más Junsu.

-Es lo que he estado analizando desde hace unos momentos. –le respondió Yoochun.

-Yunho, ¿todo está bien? –Changmin se acercó al escritorio de su mayor y lo vio detenidamente. Changmin tampoco comprendía varias cosas, o al menos, trataba de armar ese rompecabezas.

-Sí, ¿por? –Yunho no levantó su mirada.

-Espero no incomodarte, pero… Karam se está pareciendo mucho a Jaejoong últimamente. –luego del comentario de Changmin, se creó un silencio profundo. –Oh, vamos. No se queden callados ahora, que ustedes muy bien lo saben. –volteó a ver a Junsu y Yoochun.

-Changmin… -Junsu se acercó para tomar al otro del brazo, para tranquilizarlo un poco.

-Suéltame, Junsu. –el otro obedeció, temeroso. -Ya me cansé que traten todo lo referente a Jaejoong como “intocable” –habló irónico y molesto. –Es más que claro que Yunho no lo ha olvidado. Ninguno de nosotros lo ha hecho. ¿Entonces? ¿Para qué fingir que si? Yunho sigue herido. No podemos dejar esto así como así. –giró nuevamente para ver a Yunho y su mirada perdida.

-Por favor… quiero estar solo. Yo… hablaremos luego. –Yunho les dio una mirada suplicante. Junsu arrastró a Yoochun y Changmin, y volvió solo para darle un poco de ánimos a Yunho.

-Estamos para ti, no importa que pase, Yunho-hyung… -sonrió. Luego de eso, Yunho se quedó solo en su oficina.

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Jaejoong se encontraba frente al computador, observando una que otra pequeña casa en Seúl. Él no quería estar alquilando un lugar, o mantenerse en un hotel. Yihan le dio el visto bueno para buscar un lugar para vivir, y su ilusión se volvió más grande.

-Te encuentras muy emocionado. –Yihan terminó de quitarse su ropa de trabajo y observó por unos momentos a Jaejoong viendo las casas que la sorprendente ciudad de Seúl le ofrecía.

-Uhm. No haremos un simple viaje de dos días. Nos quedaremos por Dios sabe cuánto tiempo. –ambos rieron por su entusiasmo y exageración. –Además, si volvemos aquí, y algún día deseamos visitar Seúl, tendremos un lugar al que ir y no gastar.

-Contando con el dinero suficiente y diciendo esas cosas… pensaré que te vuelves muy tacaño. –Yihan rió por lo que dijo. Jaejoong lo siguió.

-Debemos guardar algo para cuando envejezcamos.

-A mí no me falta demasiado. –Jaejoong prestó toda su atención a Yihan.

-Pues… no se te nota la edad, así que no hay problema. Aún puedes pasar como mi hermano mayor, luego mi padre… -Jaejoong comenzó a reír más fuerte cuando Yihan se tiró sobre él para hacerle cosquillas, en señal de su “castigo” por decir aquellas cosas.

-Pasaré siempre como tu hermano mayor, tontuelo. –ambos rieron fuertemente una vez más. –Solo nos llevamos ocho años. No es como si fueran muchos más. –volvió a hacerle cosquillas.

-Está bien. Está bien. Solo detente –Jaejoong trató de controlar su risa para alejar al otro cuerpo del suyo, pero por haber reído tanto, se sentía débil. – ¡Yihan! –rogó como un niño.

-Muy bien. Ya, te dejo libre entonces. –Yihan se separó de él levantando sus manos en señal de rendición. Jaejoong únicamente sonrió y volvió a lo suyo en la computadora.

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Yunho logró terminar todo lo pendiente. Salió de su oficina, y cuando ya estaba fuera del edificio, Yoochun, Junsu y Changmin salían alegres, compartiendo uno que otro chiste.

-¡Yunho-hyung! –Junsu corrió a él y lo abrazó fuertemente. Yunho sonrió cálidamente ante su acto.

-Vamos a ir a tomar unas copas, ¿te nos unes? –Changmin invitó a su mayor. –Claro, Junsu solo va para que luego tengamos un chofer para regresar. –Yoochun y él rieron por ello.

-Me encantaría, pero –Yunho iba a dar su excusa, pero Yoochun lo interrumpió.

-¿Pero qué? ¡Vamos, Yunho! Hace mucho no salimos todos juntos. Vamos, nosotros podemos irte a dejar a tu casa luego. –Yoochun palmeo la espalda del otro, para darle ánimos. Pero justo en ese momento, el auto de Karam se estacionaba frente a ellos.

-¿Nos vamos? –un sonriente Karam apareció cuando este bajo la ventana de su auto. Sin darle oportunidad a Yunho de responder, Yoochun se acercó al auto. Se agachó para estar cara a cara con el menor. Y con una enorme sonrisa en su rostro, habló.

-Yunho nos acompañará hoy. Es momento de que se divierta. –dicho esto, Yoochun golpeó levemente el auto del otro, en señal de que era momento de irse. Karam solo apretó el volante, y forzó una sonrisa más grande que la de Yoochun.

-Claro, no hay problema. Diviértanse. –Yoochun se enderezó y caminó hacia el lugar donde sus amigos observaban como el otro se iba.

-Ho~ hoy si tenía ganas de decir algo como eso. –bromeó Changmin. Yunho observaba pasmado en su lugar.

-Bueno, ahora que “ya tienes permiso” podemos irnos. –Yoochun tomó a Yunho y junto a los demás, comenzaron a caminar hacia algún bar.

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Jaejoong apagó la computadora y rápidamente se colocó su pijama. Arregló su cama para dormir y decidió hablar un poco con Yihan antes de irse a dormir.

-¿Sucede algo? –se acomodó más en su cama, mirando a un Yihan distraído.

-¿Eh? Ah… no. Nada. Solo pensaba un poco… -fingió una sonrisa. Jaejoong se arrodilló frente a él y tomo una de sus manos.

-¿En qué tanto pensabas? –lo vio dulcemente. La sonrisa que Yihan le brindó en ese momento, ya no era fingida.

-No has pensado… bueno. Digo, tanto tiempo aquí… ¿no extrañarás Jeju? –Jaejoong pareció pensarlo por unos segundos, pero volvió a sonreírle ampliamente.

-Quizá. Pero podemos volver cuando tengamos algún momento libre. ¿No piensas eso? Cuando queramos escapar de todo y de todos, podemos venir aquí. –rió por lo último.

-Tienes mucha razón. –Jaejoong asintió. –Bien. A descansar que ya es tarde y ambos tenemos trabajos que cumplir el día de mañana.

-Sip. Además de que tenemos que arreglar todo para mudarnos. –Jaejoong volvió a ponerse cómodo en su cama y Yihan le dio un beso de buenas noches en la frente.

-Así es. Descansa, Jaejoong. –apagó las luces, y salió de aquella habitación.

Yihan caminó hacia el jardín de su casa. Necesitaba un poco de aire en ese momento. Tomó su teléfono, y aunque era tarde, marcó el número que sabía que le respondería a cualquier hora.

-¿Sucede algo, agente Jin? –sonrió cuando escuchó la voz de su jefe al otro lado.

-Es sobre mi traslado a Seúl… -suspiró. –Lo estuve pensando y…

-¿Qué es lo que ha decidido, agente?

-Acepto el traslado a Seúl.

Fin del capítulo uno.

* ~ * Dame la oportunidad de conquistarte * ~ *

Adelanto Capítulo 2

Jihye iba tan sumergida en sus pensamientos que no notó al hombre que iba en su misma dirección, ocupado con su teléfono.

-Lo lamento. –sobó un poco su frente, mientras se levantaba.

-No te preocupes, venía distraído. –Jihye abrió lentamente sus ojos, un poco confusa. Cuando pudo ver bien al chico frente a ella, se asombró.

-¿Karam? –se le hizo muy extraño. Minutos atrás había dejado a su hermano en su oficina, y ahí se encontraba Karam. Además, que el menor tenía su cabello negro, y este lo tenía un poco más claro.

-¿Eh? Creo que me confundes. –el chico tapo su risa con una de sus manos. –Mi nombre es Jaejoong. Kim Jaejoong, mucho gusto. –hizo una pequeña reverencia, y Jihye solo atinó a asentir ante lo dicho por el otro.