No nos vean así - YunJae

Título: No nos vean así

Autor: Marysabel

Pareja(s): YunJae

Extensión: OneShot

Género: Romance, drama (leve).

Sinopsis: Cuando la gente observa por demasiado tiempo innecesario tu amor, lo único que puedes hacer es gritar un “¡Si, nos amamos con toda locura!” a quien desee escuchar.

N/A: Sería hermoso que lo leyeran mientras escuchan esta canción (si pueden leer y escuchar música, sino, luego~) 

Hace tiempo que no escribía YunJae… lo extraño<3, pero el YooSu me estuvo consumiendo .-. Ena, te culpo… como siempre, y de todo beibi ;) espero lo disfruten como yo escribiéndolo a las 3am :3 no olviden dejar su comentario aquí en el blog<3

[Jaejoong]

Odio que la gente no tenga mejor lugar que ver, que mis manos entrelazadas a las de Yunho cuando paseamos en la calle.

Esa fue una de las principales razones por las que decidí que sería genial irnos a vivir a otro lugar, como Estados Unidos. Si bien, había gente que nos observaba al vernos tomados de las manos, muy poco les importaba, la verdad.

Y si lo comparaba con Seúl, estaba más que claro dónde más me sentía cómodo. 

Una vez que las luces se apagan, voy a verte tranquilamente.

Pero la suerte que nos acompañó por mucho tiempo, un día tuvo que irse. 

Los padres de Yunho le pidieron que volviera a Seúl, y Yunho me pidió volver. Yo no lo dejaría solo, lo que sea que estuviera pasando en Seúl, yo también tenía derecho a saberlo.

Después de todo, Yunho y yo habíamos aprovechado para casarnos.

Ellos dicen cosas, tratan de detenernos.

Al volver a Seúl, di varios suspiros largos antes de entrar junto a Yunho al despacho de su padre. Solo habíamos llegado al aeropuerto, cuando su padre había llamado con tanta insistencia a Yunho por el celular.

Me temía un sinfín de cosas.

-Padre. –Yunho entró, con un porte tan elegante como siempre. Yo lo seguí, no tan alejado, al final, su padre siempre me había dado cierto miedo.

-Hijo, entra. –al verme, no fingió su molestia. –Jaejoong. –asentí en respuesta.

-¿A qué se debe esta reunión tan urgente conmigo? –Yunho se sentó en una de las sillas que quedaban frente al gran escritorio de su padre, para luego indicarme con su mano que me sentara en la otra silla, a su lado. Obedecí más por miedo al hombre mayor del lugar.

-Quiero que sepas de una joven que vendrá a cenar con nosotros mañana. Es hija de una buena familia, y sería una perfecta esposa para el futuro. –Yunho sonrió de oreja a oreja, que me asustó.

-Con gusto Jaejoong y yo estaremos aquí mañana para la cena. –dicho esto, se levantó, llevándome con él, sin esperar respuesta de su padre. Y salimos.

Era claro que Yunho tramaba algo, lo sabía con solo ver como sonreía victorioso y fruncía su ceño. No por algo llevaba tantos años a su lado.

No por algo, era su todo. Como él solía decirme.

Nosotros estamos tan enamorados el uno del otro.

La cena fue muy tranquila, hasta que los padres de Yunho comenzaron a alagar y engrandecer a la pobre joven, quien solo asentía y bajaba la mirada avergonzada.

Me sentí como cuando mis padres me presentaron ante la primera mujer que ellos pensaban que era lo mejor para mí. 

Yunho ya se veía un poco fastidiado por todo, así que yo solo me quede a su lado, esperando el momento en que realizara lo que sea que tenía pensado en su cabeza.

-Esta cena fue muy deliciosa, mamá. Gracias por la invitación, padre. Pero Jaejoong y yo tenemos que regresar. –Yunho iba a levantarse, cuando su madre habló nuevamente.

-Pero hijo, Jaejoong puede volver solo, es más, sería mejor si fueras a dejar a Soojin a su casa. –sonrió amablemente, y yo me removí incómodo en mi lugar, habría muchas cosas que decir en esa noche, o en otra.

-Quizá, madre. Pero no me gustaría dejar a mi esposo yendo solo por la calle. El chofer de la casa puede llevarla de igual forma. –Yunho me levantó, entrelazó nuestras manos, para luego dar una pequeña reverencia, y marcharnos.

No nos miren así, con esos ojos. Sólo estamos enamorados, eso es todo.

Después de esa noche, los padres de Yunho buscaban la forma de contactar con él a como diera lugar. Pero Yunho siempre los evadía. Yo traté de mantenerme alejado de eso, si bien, Yunho y yo ahora éramos esposos, los asuntos que tuviera con sus padres, debía resolverlos primero, y por lo visto, él aún no pensaba decirme mucho sobre lo que aquella noche había pasado.

Pensé que el problema había muerto, o que un día, sin decirme, Yunho había hablado con sus padres. Ya que estos dejaron de buscarlo.

Pero solo fue, porque comenzaron a buscarme a mí.

Dejen de maldecirnos, somos como ven, un poco diferentes.

Tenía una hermosa tienda de flores a mi cargo, mientras Yunho se ocupaba de la empresa de su padre. Ese día, ambos señores Jung habían llegado personalmente a mi lugar de trabajo, más serios de lo normal.

Admito que en un inicio me encontraba totalmente nervioso. Pero luego pensé: “Están aquí porque Yunho y yo estamos juntos.”

Yo no había hecho nada malo, salvo, seguir con su locura de casarnos y no decirles nada. Quizá, solo ese había sido nuestro error hacia ellos, hacia nuestros padres. Porque yo tampoco había dicho nada a mis padres.

-Queremos que dejes en paz a nuestro hijo. –se me estaba haciendo común escuchar eso. O así lo sentía, ya que por parte de ellos, no era la primera vez que me lo pedían.

-Lo siento señores, pero eso sólo Yunho puede decidirlo. –iba a retirarme, pero la madre de Yunho me tomó del brazo, muy fuerte a decir verdad.

-¿No entiendes? Nuestro hijo tiene un puesto que está a la vista de la prensa. Le arruinarás un futuro prometedor. –sonreí con descaro. Ya no era el mismo tonto Jaejoong de unos años atrás, cuando casi echaba todo a perder.

-Lo siento, Señora Jung. Pero ya no soy el de años atrás. Y si a Yunho realmente le importara todo eso, no me habría pedido casarme con él. Hoy día, él y yo no seríamos esposos. –la cachetada que sentí de su parte, no fue lo que me dolió.

-¿Cuánto tiempo han estado juntos? ¿Cinco años? ¿Realmente crees que es tiempo suficiente para decir que tendrán un futuro prometedor? –por mi  cuenta ya había pensado en eso.

-Hemos estado juntos desde la infancia, señora. –traté de no sonar dolido.

-Sí, pero como amigos. Una relación, o más bien, el matrimonio, es mucho más serio que eso. Pueden seguir siendo amigos, pero cada uno con su vida. Con lindas muchachitas cuidando por ustedes, de sus hogares e hijos.

-Lo siento Señora. Yo amo a Yunho, y él a mí.

-Pero no siempre se vive del amor. –hasta entonces, el Señor Jung habló, levantándose y colocándose a un lado de su esposa. –Aún les falta mucho por recorrer, y habrá momentos en los que desearan no haber dicho “si”. Momentos en que estarán con arrepentimientos. –en ese momento, no supe distinguir si trataba de alejarme de su hijo, o de darnos la bendición.

-Eso lo sé, y se lo he comentado a Yunho. Pero ambos decidimos dar todo de nosotros para que nada falle. Sabemos a lo que nos arriesgamos, más Yunho.

-Realmente, no me gustaría que mi hijo se vea envuelto en un sinfín de escándalos, por alguien como tú. Por algo que mantienen. –volvió a hablar el padre de Yunho.

-Y yo tampoco los quiero. Por eso, estamos viendo lo mejor para él, para ambos. Y por ello, me encantaría que lo dejaran continuar con su vida, solo.

Déjennos en paz.

Le conté a Yunho de que teníamos que hacer algo por nosotros. Para demostrar que no decíamos cosas al aire. Que lo nuestro sería para siempre. 

Yunho decidió que era hora de decirle a toda Corea del Sur lo nuestro. Ya no ocultar nada. Y tuve miedo, no por mí.

Sino por él. 

Por todo lo que vendría luego de eso. Después de todo, su rostro era el que era conocido para los medios. Lo que menos quería, era que todo empeorara, para él.

¿Por qué? Nosotros no hicimos nada malo.

Y como era de esperar, toda Corea explotó con aquella noticia. No sólo era que el único hijo, heredero de la gran fortuna Jung, se estaba declarando gay. Sino, que también ya se encontraba casado. Yunho sabía muy bien que después de eso, habría muchos problemas en la empresa. 

Hizo todo lo que estuvo en sus manos, para que la empresa mejorara todo lo posible. Desde que yo había hablado con sus padres, estos no lo habían vuelto a buscar. Mis padres tampoco eran la excepción.

Nuestras familias eran de buena posición, aunque la de Yunho se llevaba el premio. Aun así, mis padres prefirieron mantener distancia conmigo también, aunque podía entender todo. 

Ellos habían esperado algo diferente de sus hijos. Confiando ciegamente en el otro, creyendo que solamente seríamos amigos, y nada más.

De cierta forma, se sentían traicionados.

¿Por qué no? Nosotros estamos tan enamorados el uno del otro.

Yunho me dijo que sería mejor volver a Estados Unidos, después de todo, teníamos con que mantenernos en ese lugar, y sin duda, estaríamos mejor que aquí. O al menos, en lo que todo esto sucedía.

Pensé por un momento, que estábamos escapando de todo problema. Pero la verdad, era que ya nada de ese lugar nos pertenecía. Ya ni nuestras familias cruzaban palabras con nosotros. 

Entonces, ¿por qué seguir en ese lugar?

Sólo estamos enamorados, eso es todo.

Al volver, sentimos como si regresáramos a casa, aunque era algo irónico.

Pero ya nada nos importaba, a partir de ese momento, seríamos sólo nosotros dos. Sólo Jung Yunho y Kim Jaejoong.

Dime lo que está mal.

Poco a poco nos fuimos acomodando mejor a cómo estábamos. Parecía que la luz volvía a brillar sobre nosotros. Porque el amor no se había ido. Seguía con nosotros.

Dime qué es el amor.

Desde que habíamos dejado Corea del Sur, no habíamos sabido más nada del país y sobre nuestras familias. Con el pasar del tiempo, yo ya no sabía quién había decidido que toda esa relación terminara.

Si nuestros padres, o nosotros.

Lo que si sabíamos a la perfección, era que no queríamos estar lejos el uno del otro. Que aunque fuéramos a cumplir ya 10 años de casados, todo seguía como antes. Salvo que ahora teníamos a una hermosa parejita de gemelos como nuestros hijos.

Habíamos logrado adoptar dos años atrás. Nuestros hermosos hijos, Iseul y Hyunsu (niña y niño, respectivamente), estaban por cumplir su segundo año de vida, y ya sabían caminar y comenzaban a decir sus primeras palabras. Yunho y yo no podíamos pedir más, que la salud de nuestros hijos.

Pero si estuviera en nuestras manos, muchas cosas más se realizarían.

Yo sólo quiero amar como sea.

Habíamos hecho muchos amigos en Estados Unidos. Y nos habíamos vuelto tan cercanos a ellos, que no teníamos tiempo para pensar en la ausencia de otras personas, gracias a ellos, y nuestros hijos.

No va a cambiar, no importa lo que digan.

-Jaejoong, te amo. –Yunho rodeó mi cintura, dejando un tierno beso en mi nuca. Recostándose sobre mi hombro e inhalando mi aroma, aquel que tanto ama.

-También te amo, Yunho. –sonreí, como hace tiempo que no lo hacía. 

Tranquilo, sin pena. Sin miedo. Aquella sonrisa, que había enamorado al hombre que tengo junto a mí en estos momentos. Siendo la persona que había formado una familia conmigo, no importando lo que hayan dicho en nuestra ciudad natal. Nuestros padres. Porque nos amamos, y eso importaba más que cualquier otra cosa.

No nos miren así, con esos ojos. Sólo estamos enamorados, eso es todo.