Dame la oportunidad de conquistarte - Capítulo 3

Capítulo 3

-¡No olvides nada que ya no estaré en casa! –Jaejoong terminaba de arreglarse su corbata, mientras Yihan se encontraba guardando los recipientes con su almuerzo en su lonchera.

-Metí tu comida a tu lonchera. Me marcho. –dio un pequeño beso en la frente de Jaejoong cuando estuvo a su lado, y luego se marchó a toda prisa hacia su trabajo.

Se le hacía muy tarde.

Jaejoong sonrió y miró por un momento donde él se había ido. Se sentía tan bien al tener a alguien como Yihan a su lado.

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Yihan entró un poco agitado a la comisaria. Se sentó rápidamente en su escritorio, y observó los archivos que se encontraban sobre su escritorio.

Justo en ese momento, Boa, su nueva compañera, entraba en el lugar, y se dirigía hacia su escritorio, sin mirarlo siquiera.

-Hay trabajo que hacer. –Yihan supuso que le hablaba a él, ya que nadie más se levantó. Tomó rápidamente sus cosas y la siguió.

-Un saludo no le hace mal a nadie. –le dijo a la chica cuando logró estar a su lado, en pocos segundos.

-Esto es trabajo. No me interesa tener algún lazo con usted. –Boa entró al automóvil policial, del lado del conductor. Yihan se resignó y se metió de copiloto.

-En Jeju, aunque un compañero no te agradara, igualmente lo saludabas. Se llama “tener modales” –se preguntó si había hecho bien en decirle aquello, pero ya no importaba. Lo que decía era cierto.

-Modales o no. Ahora estás en la ciudad. Un sinfín de personas va y vienen, no hay tiempo para saludarlas a todas.

Dicho esto, arrancó el automóvil y aceleró todo lo que pudo.

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Karam se encontraba mordiendo el tapón de su lapicero. Divagando en un sinfín de cosas, pero más que todo, tratando de tranquilizarse y ya no recordar lo de la noche anterior.

-¡Karam! –Suhoon pasaba una de sus manos frente a la cara de Karam, para que este notara que se encontraba ahí. Y este al fin lo notó.

-Hey. –dijo sin mucho ánimo. Suhoon frunció el ceño ante ello.

-¿Sucede algo? Te ves demasiado preocupado. –se sentó en el escritorio frente a él. Ambos se encontraban en su clase, esperando a que el licenciado entrara e impartiera su curso.

-Es… sobre Yunho. –Suhoon no quería escuchar más de aquello. Sabiendo el amor que Karam profesaba a aquel hombre, y él amándolo con locura.

-No es nada, Karam. Quizá sólo mal interpretas todo de nuevo. –quiso darse la vuelta y terminar la charla, pero Karam lo vio con una mirada tan suplicante, que nuevamente no pudo negarse a escuchar.

-No, Mika… -y ahí estaba aquel sobrenombre que no le agradaba mucho. Pero que no se negaba en que Karam lo pronunciara. Incluso no le gustaba llamar a Hyuncheol “Karam”.

Suhoon había estado con él desde la secundaria. Poco a poco se habían vuelto cercanos, y con lo poco que él sabía acerca de Karam, no evitó que se enamorara de él.

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Yunho se encontraba en su mundo, ignorando las risas y burlas de Yoochun, Changmin y Junsu a su alrededor. Y decidió levantar la vista un momento, para ver qué tan poco le traía aquel mundo a su vida.

Y lo vio.

Aquel caminar tranquilo, paso a paso. Sin prisas. Y con una enorme sonrisa en el rostro. Y por un momento pensó que se trataba de un sueño, porque miraba una gran luz iluminar aquel cuerpo que caminaba hacia él.

Y desechó que fuera un sueño, al girar a ver hacia sus amigos, y que estos también tuvieran su vista donde él la tenía hace pocos segundos atrás.

Jaejoong verdaderamente se encontraba ahí, caminando hacia ellos. Su Jaejoong estaba caminando hacia ellos. Con un tinte de cabello más claro de lo que tenía años atrás, con un cuerpo muy diferente al de años atrás. Sea donde sea que haya estado en todo ese tiempo, no había pasado por penas.

Yunho sintió que su alma volvía a su cuerpo después de muchos años. Y hasta entonces, sonrió.

Sonrió de verdad. Con la tranquilidad que sólo Jaejoong podía brindarle en su vida.

-Me alegra encontrarlos a todos juntos. –sonrió el Señor Kang, encargado de todo el personal. –Déjenme presentarles a  Kim Jaejoong. Será nuestro nuevo diseñador y asesor en ventas. 

Todos asintieron ante eso, pero ninguno tenía palabras que decir. Por lo que Jaejoong sonrió un poco incómodo y optó por presentarse.

-Kim Jaejoong, mucho gusto y espero que nuestro trabajo sea un éxito. –dio una reverencia de noventa grados y al levantarse, ellos seguían sin mucho que decir.

-Bien… -el Señor Kang tosió en señal de que despertaran o dijeran algo a Jaejoong.

-Será un gusto tenerte aquí, Jaejoong. –y para sorpresa de todos, fue Yunho el que habló y extendió su mano en señal de saludo. Jaejoong no dudó en estrecharla con una enorme sonrisa.

Yunho sintió que su mundo se detenía otra vez. Al volver a sentir aquella mano con la suya, un sinfín de recuerdos volvieron a su mente. Jaejoong hizo ademan de querer terminar con aquel saludo, pero Yunho no quería.

No quería volver a soltar esa mano y que él se fuera para siempre de su vida.

-Yunho… -Yoochun susurró cuando este no apartó su vista de su mano, ya sin el toque de Jaejoong, pues este ya se había marchado.

-Era Jaejoong… -logró susurrar. Y Junsu sintió como sus ojos comenzaban a arder por sus lágrimas retenidas.

-Sin duda era él, amigo. –Changmin palmeó su hombro en señal de confort. Junsu se escondió en el hombro de Yoochun para llorar tranquilamente.

-Pero… -Yunho miró confuso a sus amigos. Como si ellos le dieran respuesta de todo lo que su mente preguntaba.

-Debemos averiguar qué fue lo que sucedió. –Changmin asintió a lo dicho por Yoochun. Y se quedaron así pensativos, hasta que Hyunjoong llegó a ellos corriendo.

-¿Ese era Jaejoong? –trataba de regular su respiración.

-S-si… -hasta entonces, Junsu salió de su escondite, y sonrío. –Nuestro Jaejoong está vivo.

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Jaejoong había terminado con toda la ronda de presentaciones en su nuevo trabajo. Sin duda, aquella empresa era mucho más grande que la de Jeju. Y se sintió muy emocionado al saber que tendría su propia oficina y una secretaria a su cargo.

No tardó ni dos segundos solo, cuando le envió un mensaje a Yihan contándole las buenas nuevas.

“Celebraremos más tarde, ¿ok? De nuevo, felicidades.”

Fue lo último que Yihan le envió. Y sonrió ante ello. Estaba demasiado feliz, pero debía concentrase. Comenzar a trabajar y demostrar de lo que era capaz de hacer.

La hora del almuerzo pasó demasiado rápido, pensó Jaejoong. Pero tomó su comida y se dirigió al comedor de la empresa. Quería comenzar a familiarizarse con todas las personas del lugar. Con todas las que fueran posibles.

Pero sobretodo, esperaba ver a aquel hombre que lo miró de una manera distinta. Incluso sintió algo cuando le tomó la mano como saludo. Aunque parecía que era tonto pensar en eso, apenas lo conocía. No podía sentir algo por ese hombre.

-¡Jaejoong, aquí! –fue lo primero que escuchó al entrar al comedor. Y se topó con el grupo que lo había observado estupefactos cuando lo presentaron. Sonrió tímido y se acercó al llamado, para no ser maleducado. –Vamos, comparte con nosotros para compensar nuestro “saludo”

Jaejoong rió al ver como aquel hombre enmarcaba lo que habían hecho, le parecía muy agradable.

-¿Has traído tu propio almuerzo? –dijo otro chico, que ahora se encontraba frente a él.

-¡Changmin! –le regañó el chico sentado al lado del mencionado.

-¿Qué? Es obvio que lo que trae en esa loncherita no son papeles del trabajo. –se defendió.

-Idiota. –murmuró para sí, haciendo que el chico que lo llamó primero, riera.

-Déjame hacer una presentación como se debe. –volvió a hablar. –Me llamo Yoochun. Ellos son Changmin –el mencionado levantó sus palillos como saludo, sin dejar de comer. –Y el que está a su lado, regañón y con tremenda parte baja, Junsu. –el mencionado le dio una mirada de muerte. Se las pagaría luego.

-¿Eh? –Jaejoong no pudo evitar una pequeña risa ante aquella presentación.

-Son lindas si no tiene nada puesto. –comentó Yoochun. Jaejoong se sonrojó demasiado, pero vio como Junsu sólo pinchaba su comida con gran enojo. –Y él, es Yunho. –Jaejoong centró su atención al otro hombre. Quien aún lo miraba estupefacto. Aunque asintió como saludo.

Jaejoong mordió su labio inferior nervioso. Sin saber qué decir. Ese hombre lo ponía nervioso, pero no de una mala manera. Su estómago se revolvía, pero no sentía nausea, y su hambre no se había ido. ¿Por qué sentía todo eso?

Se produjo un pequeño silencio cuando ambos no apartaron su mirada, pero fue Jaejoong quien termino con ello, ocupándose de su comida. Colocó su recipiente de comida sobre la mesa, y lo abrió, dejando sorprendidos a todos.

-¡Vaya! –volvió a hablar Yoochun, sentándose ahora a un lado de Jaejoong. -¿Lo has comprado, no? –Yoochun lo miraba directamente a los ojos, pero con este acercamiento, Jaejoong sólo podía sentir comodidad y gracia ante lo que el hombre hacía.

-No. Lo he hecho yo mismo. –dijo con tono orgulloso.

-Eres asombroso, hombre. –le respondió antes de pinchar algo de lo que tenía y así degustarlo.

-Soy bueno cocinando. –dijo al ver la cara de gusto de Yoochun. Quien asintió comprobando eso.

-Invítanos un día a comer y yo le daré el visto bueno. –Changmin dijo, ganando un codazo por parte de Junsu.

-Discúlpalo, sólo piensa en comida. –Junsu negó levemente, mientras veía como el otro le quitaba algo de su comida.

-No solamente en eso. –habló molesto Yoochun.

-Pueden venir a cenar a mi casa. –Jaejoong dijo contento. Le encantaba la idea de que gente de la oficina conociera su casa, para conocerse más.

-¡Perfecto! Conoceremos tu morada. –Yoochun parecía más animado ahora.

-Bien. Le diré a Yihan entonces. –quiso murmurar para sí, pero por la emoción no calculó el volumen de su voz.

-¿Es tu pareja? –hasta entonces, Yunho habló. Y Jaejoong no supo por qué, pero notó tristeza cuando le preguntó, y todos los demás esperaron por la respuesta.

-¡No! –rió al recordar que Jihye quiso hacerle la misma pregunta. –Es como un hermano mayor para mí. Ya lo conocerán. –sonrió para calmar el ambiente que se estaba formando.

-Bien. Esperaremos por el fin de semana, entonces. Ya sabes, la comida y eso. –Changmin colocó otra gran porción de comida en su boca, y eso hizo que Jaejoong riera. Pero se calmó al sentir unas enormes ganas de decirle que eso le haría mal.

-Realmente sólo piensas en comida. –prefirió decir aquello.

-Y en su trasero. –señaló a Junsu.

-¡Oye! –tanto Junsu como Yoochun vieron mal a Changmin, logrando que Yunho riera.

-Estaremos gustosos de asistir, sin duda. –Yunho sonrió, y Jaejoong le imitó en seguida. Verlo sonreír así de tranquilo, le tranquilizaba demasiado.

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Karam se encontraba en la cafetería de la universidad, esperando que Mika llevara el almuerzo de ambos. Había aceptado la invitación del otro, pues este le había dicho que llevaban mucho tiempo sin verse como se debía.

Y no sólo por los trabajos finales de la universidad. Y Karam lo sabía muy bien, y como veía un gran amigo en Mika, no dudó en aceptar. Por lo que había enviado un mensaje a Yunho diciéndole que ese día no almorzarían juntos. Pero seguía pensando en que este no le había respondido.

Cuando Mika llegó con la comida, ocultó su angustia, porque su amigo le decía que no mencionara a Yunho cuando estuvieran sólo ellos dos, para “liberarse”, un momento de ello. Y lo lograba, por algunos minutos, porque Mika lograba que todo resentimiento, dolor y mal pensamiento se alejaran de su mente.

Mika lograba cosas que nunca pensó. Le hacía tan bien tenerlo a su lado, y esperaba que esa amistad nunca terminara. Porque la única paz completa de su vida se iría.

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El fin de semana había llegado tan rápido para Jaejoong. Le había contado a Yihan sobre lo sucedido en su trabajo, y le dijo que si era posible, él también fuera participe de la cena. Pero Yihan no le prometió nada, con su trabajo, nunca nada se sabía.

Yihan deseaba que le estuviera yendo tan bien como a Jaejoong, referente a sus compañeros. Hasta el momento, el único problema era Boa. Por un lado, entendía que sólo llevaran trabajando una sola semana. Pero en esa semana, había estado más tiempo con ella que con Jaejoong, y sólo esperaba que aquella mujer dejara de ser tan fría con él.

Pero a pesar de esa actitud, no evitó que viera el atractivo de la mujer. Pero sobretodo, su inteligencia y fuerza, algo que le era más que perfecto para su trabajo. Y eso le hizo maravillarse más.

Pero se recordaba a sí mismo que no podía tener más que admiración por su compañera de trabajo. Después de todo, no salir con un compañero de trabajo estaba en las reglas. Y no sólo de la policía, sino de cualquier otro trabajo.

Cuando Yihan se fue ese sábado a su trabajo, Jaejoong ya se encontraba de pie arreglando todo para la cena. Yihan esperaba poder librarse esa noche, porque Jaejoong se veía demasiado emocionado al tener invitados a su casa. Quería estar junto a él para entonces.

Jaejoong había arreglado la casa, pues había terminado de recibir algunas cosas de la mudanza. Quería que el lugar estuviera impecable. Se encontraba tomando un pequeño descanso cuando su celular sonó.

-¿Diga?

-¿Jaejoong-ssi? –sonrió al reconocer aquella voz.

-Jihye. –saludó amablemente, guardaría el número luego de terminar la llamada. –Pensé que nunca llamarías.

-Sí… eso. Lo lamento, estuve muy ocupada. –y no mentía. Pero también se debatía si llamar o no, pero se armó de valor para hacerlo. -¿Podemos vernos hoy en la tarde? Ya sabes, ponernos al día con esta semana o algo. –rió nerviosa. Parecía una niña de quince años. Pero hacía eso por su hermano.

-Oh… -Jaejoong mordió su labio inferior, recordando lo de la cena, pero rápidamente pensó en que sus compañeros no les molestaría tener a otra invitada más. –Sabes, tendré una cena esta noche –escuchó como Jihye parecía resoplar en descontento. -¿Te gustaría venir, también? Yihan y yo podemos llevarte a casa por si terminamos muy tarde. ¿Qué dices?

Jihye pareció pensarlo un momento, pero que importaba. Sus padres ahora se encontraban viajando, y Yunho estaría, muy probablemente, con Karam.

-Está bien, ¿a qué hora será? ¿No quieres que te ayude en algo? –quería pasar todo el tiempo posible con él. Jaejoong pareció pensar la propuesta.

-Te lo agradezco. Pero, si no tienes nada que hacer en la tarde, puedes venir, a veces es mejor tener más manos en la cocina. –rió ante ello. Jihye sonrió encantada.

-Llegaré alrededor de las cuatro. Nos vemos, Jaejoong… -susurró el nombre del otro. Aún le parecía un sueño el saber que estaba vivo.

Ambos cortaron la llamada. Jaejoong decidió terminar con la limpieza, para luego salir a comprar todo lo necesario. Que no sería poco.

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Yoochun, Junsu y Changmin se encontraban en la habitación de Yunho, viendo la posible vestimenta que este podría usar para la cena.

-No creo que utilizar un traje sea para esta ocasión. –Yoochun observó a su amigo, mientras Yunho ya no reprochaba o decía comentario alguno.

-Sí. Algo más cómodo y casual vendría perfecto. –Changmin se colocó a un lado de Yoochun, y ambos miraron luego hacia el armario de Yunho.

-Los expertos en moda. –Junsu desde varios minutos atrás que había dejado de batallar con los otros dos, y se encontraba en un pequeño rincón de la cama de Yunho, donde varias prendas de este se encontraban “desechadas”.

-Lo dice el que escoge lo que el maniquí tiene puesto. –Changmin dijo mientras seguía buscando por algo perfecto para Yunho. Yoochun rió y dio un choque de manos con el otro por el buen comentario.

-Idiota. –susurró Junsu. Ya no quería seguir discutiendo, ya se había aburrido. Y sabía que Yunho estaba igual.

-Sálvame. –dijo Yunho con los labios, logrando que Junsu riera y se animara un poco.

-Bien. Creo que esto estará perfecto. –Yoochun tenía en sus manos una playera negra, con algunas letras en esta. Mientras que Changmin tomó un pantalón de lona y lo colocaba debajo de lo que Yoochun había tomado, para ver como quedaba el conjunto.

-Eso le quedará perfecto. –Junsu cortó el análisis de moda que ambos le daban al conjunto. –Ahora, será mejor comer algo, ya es más de medio día y nos hemos pasado toda la mañana aquí.

Yunho tenía una gran satisfacción en sus ojos y se dispuso a quitarse el traje que sus amigos no le habían autorizado en quitar. Hasta entonces, notó todo el relajo que tenía sobre su cama y soltó un suspiro. Pero una sonrisa se asomó rápidamente al recordar del porqué hacían todo eso.

-Me parece extraño que seas tú quien piense en la comida ahora. –Junsu empujaba a Yoochun y Changmin fuera de la habitación. Al menos Yunho necesitaba un momento a solas en ese día, pensó Junsu.

-También tengo un estómago. –Junsu dijo sin más.

Yunho respiró un poco más tranquilo cuando ellos ya no se encontraban ahí. Y hasta entonces, pensó en lo que sucedería esa noche.

Se dejó caer sobre su cama, todo parecía un sueño. Un hermoso sueño del cual no quería despertar, para descubrir que el tener a Jaejoong vivo sólo había sido producto de su imaginación, por más que trabajó con él por toda una semana.

Cuando terminó de cambiarse y llegó al comedor, se extrañó de no ver a Jihye con sus amigos.

-¿Y Jihye? –preguntó a la mujer de servicio, quien estaba a punto de volver a la cocina.

-Recibió una llamada y dijo que se iría. –Yunho asintió, y la mujer se marchó. Decidió no indagar mucho en los asuntos de su hermana, después de todo, hace años que no tenían una buena charla de hermanos. Se dijo que eso ya no tendría que ser así. Debía volver a acercarse a ella.

El sonido de su celular anunciando un nuevo mensaje lo alejó de sus pensamientos. Tomó el aparato en sus manos y leyó el mensaje. Su rostro mostró cansancio.

-¿Quién es? –preguntó Junsu. Todos en la mesa intuían quien era la persona.

-Karam. No le he dicho que cenaré con Jaejoong. –y de pronto, un click hizo en la mente de todos. Pero por diferentes motivos.

-No le digas. –Yoochun estiró su mano para tomar el celular de Yunho, y teclear algo en respuesta.

-¿Qué? Jaejoong es su hermano, debí decírselo desde un inicio. –Yunho parecía lamentarse por todo, pero sus amigos se miraban diciendo sobre lo que pensaban sobre aquello.

-No le diremos nada hasta que sepamos muy bien lo que le sucedió a Jaejoong.  –Changmin dijo. –No podemos simplemente decirle, tanto a Karam como sus padres, que Jaejoong vive y lo busquen rápidamente. Claramente Jaejoong no recuerda nada, y eso puede causarle un shock. Debemos ser pacientes.

Yunho meditó aquellas palabras.

-Ya está. –Yoochun guardó el celular de Yunho en su bolsillo, y esté lo miro con enfado.

-Regresa mi celular. –Yunho extendió su mano para que el otro hiciera lo que le pedía, pero Yoochun se negó.

-Ya le dije a Karam que hoy no podrán verse. Así que tranquilo. Deja esto en mis manos. –Yunho prefirió no decir más, y todos se dispusieron a comer.

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Jaejoong había llamado a Jihye por ayuda, por lo que la chica no había dudado en acudir ante su llamado. Ya habían sido tres horas desde que ellos dos comenzaron a ver todo lo necesario a cocinar para la cena.

Y entre bromas, risas y anécdotas, no sintieron la hora. Pero por suerte, Jaejoong ya se encontraba arreglando la mesa cuando el timbre de su puerta sonó. Jihye ultimaba detalles en la cocina.

-¡Bienvenidos! –Jaejoong recibió a sus compañeros con una gran sonrisa. Todos entraron a la morada del otro con gran asombro.

Primero, era un lugar familiar, pero al final eso no les importaba. La casa de Jaejoong  se veía muy acogedora.

-Huele delicioso. –Changmin comentó, inhalando el aroma que se esparcía por la casa. Muy feliz de volver a probar algo hecho por Jaejoong.

-Trajimos un pequeño postre. Por poco y en el camino se lo comían. –Junsu extendió el pequeño presente a Jaejoong, mientras miraba mal a Changmin y Yoochun.

-En defensa de Changmin, el pastel se ve y huele delicioso. –dijo Yoochun, ganando un golpe en el hombro por parte de Changmin.

Yunho pasó con un pequeño saludo hacia Jaejoong, y este sintió sus piernas temblar. Yunho estaba muy guapo, demasiado a decir verdad.

-¡Oh! –Jaejoong pareció salir de su embobamiento. –Déjenme presentarles a una amiga.

Dejó a todos en la sala, mientras fue en busca de Jihye a la cocina. La encontró decorando el plato principal.

-¿Ya llegaron? –Jihye pareció verse por un momento, y Jaejoong vio la duda en su rostro.

-Te ves hermosa. –ambos rieron. Habían logrado acercarse mucho en aquella tarde. –Claro, puedes quitarte el delantal si así lo deseas. –Jihye obedeció. Y cuando ella terminó de hacerse sus pequeños arreglos, Jaejoong la encaminó a la sala.

-El lugar es hermoso. –Jaejoong logró escuchar a Junsu pocos segundos antes de que entrara con Jihye a la sala.

-Les presento a Jihye. Una amiga mía. –Jaejoong movió su cuerpo para dejar ver a la mencionada, y el silencio que se produjo luego de la presentación, hizo que se animara a hablar de nuevo. –Entonces…

-Mucho gusto en conocerlos. –les brindó una enorme sonrisa, y cuando Jaejoong dejó de verla, les hizo una seña a ellos para que también fingieran que no la conocían.

-S-sí… encantado. –logró responder Yoochun. Siendo seguido por los otros.

-Bien. Creo que podemos pasar al comedor, entonces. –Jaejoong les sonrió a todos, guiándolos hacia el lugar.

Cuando todos se sentaron, Jihye llevó a Jaejoong a la cocina, y con una gran sonrisa le habló.

-¿Quién es el chico que te atrae? –Jaejoong se extrañó ante aquella actitud. Pero pensó en que quizá su amiga quería saber quién era el hombre que había captado toda su atención.

-Yunho. El chico alto y de piel morena. El que no dice mucho. –bajó la vista avergonzado. Había sido lo mismo cuando le había contado a Jihye que un compañero de su trabajo le había atraído, y Jihye por un momento se había puesto a la defensiva, pero porque no sabía quiénes eran los invitados.

-Ya… es muy guapo. –mordió su labio inferior para no dar un gran grito de felicidad. Aún si no recordaba nada, Jaejoong se volvía a sentir atraído por su hermano.

Jaejoong asintió ante ello. Y luego de calmarse y recobrar el tiempo y espacio, tomaron algunos de los platos y los llevaron al comedor. Hicieron eso hasta terminar con todo lo que habían preparado.

La cena estuvo tranquila y llena de bromas. Todos parecían tan cómodos, pese a que hubo momentos en que la relación de Jihye con ellos estuvo por ser descubierta. Esta no desaprovechó ningún momento para hacer comentarios respecto de su hermano y Jaejoong, siendo uno.

Y todos lo notaron, siguiendo por momentos lo que ella decía. Sabían que ella sabía algo que luego les sería revelado, pero hasta entonces, disfrutarían de sonrojar a sus compañeros.

-Es que no hay que confiar en las personas que parecen ser lo opuesto del otro. –dijo Yoochun como pudo entre tanta risa. –Sino, míralos. –señaló a Changmin y Junsu. –Todos nos maravillamos cuando sin descaro alguno se besaron frente a nosotros, alegando ser pareja y no sé cuanta mierda más.

Junsu bajó tímidamente el rostro, recordando el día en que sucedió. Y soltó una pequeña risita, porque ese día había imaginado en lo perfecto que sería si Jaejoong hubiera estado.

-Ya. Ya. Está celoso, eso es lo que pasa. Quería a Junsu para él. Pero no hizo ningún movimiento, y yo siempre gano. –sonrió victorioso, tomando un poco de la bebida que le había sido ofrecida.

-Ajá. Sí, como tú digas. –resopló Yoochun. –Nunca confíes, Junsu. Sólo quiere tu trasero. Cuando se canse, te dejará. Y entonces yo estaré para ti. ¿Me oyes? –lo dijo tan serio, que ganó una carcajada de Jaejoong.

Todos guardaron silencio y apreciaron aquel sonido. Fueron demasiados años en los que no habían escuchado aquella risa. Habían extrañado todo de Jaejoong.

Cuando Jaejoong se dio cuenta de que era observado, y estaba a punto de hablar cuando Yihan ingresó en el cuadro.

-Viniste a tiempo. –Jaejoong se levantó de su asiento y se acercó a Yihan. El silencio del lugar ahora era para apreciar al hombre que Jaejoong trataba con tanto respeto y cariño.

Yunho sintió un gran nudo en su estómago cuando Jaejoong tomó al hombre del brazo y lo acercó a su asiento. Era algo más que celos lo que sentía. Era dolor y miedo.

-Entonces… -Changmin animó a que el ambiente fuera retomado. Pues Jaejoong se había preocupado en servir y atender la llegada de Yihan.

-Ah~ sí. –Jaejoong volvió a sentarse y miró con una sonrisa a todos. –Les presento a Jin Yihan, el mejor policía de toda Corea del Sur. –dijo con todo el orgullo posible.

Todos se presentaron, pero no evitaron sentir una pequeña incomodidad. Se había hecho una pequeña plática entre Jaejoong y Yihan, y el primero no pareció notarlo.

-Jaejoong… -carraspeó Yihan. Para que este notara que los invitados parecían sentirse fuera de lugar. Y así era.

-¡Hora del postre! –dijo levantándose, luego de que vio que Yihan ya no tenía comida en su plato. Pero al estar solo en la cocina, se golpeó mentalmente por centrar toda su atención en Yihan. Tenía invitados, no tenía que ser maleducado.

Cuando volvió al comedor, hizo todo lo posible para que la charla volviera a ser tan amena como antes. Y lo fue, por unos momentos.

-Bien~ -Yoochun se estiró un poco, aún en su asiento. –Creo que es hora de irnos. Ya es muy tarde. –confirmó la hora en su celular, y sonrió al sentir el celular de Yunho aún en su propio bolsillo.

-Opino lo mismo. Junsu ya pasó de su hora de dormir. –Changmin comentó al ver como el otro bostezaba. Pero lo único que ganó fue un golpe del mencionado.

-Yihan y yo podemos ir a dejarte a tu casa, Jihye. –ofreció Jaejoong nuevamente.

-¡No hace falta! –respondió rápidamente. –Ellos pueden encaminarme, y yo luego tomaré un taxi. No te preocupes. –sonrió para calmar al otro.

-De acuerdo… -Jaejoong parecía dudar, pero ella parecía tan decidida en no dejar que la fuera a dejar a su casa.

Todos comenzaron a levantarse de sus asientos, y luego de haber ayudado a Jaejoong con el desastre que hicieron, se acercaron a la puerta para las últimas despedidas.

Yihan se disculpó por ser irrespetuoso y poco anfitrión, pero dijo que al siguiente día tenía que madrugar y por lo tanto, se iría a dormir. Jaejoong despidió a todos con un abrazo, y cuando llegó el turno de despedirse de Yunho el abrazo duró unos segundos más que los otros. Y tuvo un poco más de fuerza, también.

Cuando todos ellos ya estuvieron en el auto de Changmin, y se encontraban a varios metros de la casa de Jaejoong, soltaron un largo suspiro en alivio.

Todos querían hablar, pero no sabían cómo empezar a hacerlo.

-¿Desde cuándo sabes que se encuentra aquí? –fue Yunho quien quitó aquel abrumador silencio. Jihye pareció temblar por un momento. Lo supo, porque estaba sentada a su lado.

-Hace aproximadamente una semana. Chocamos cuando yo iba de regreso a casa de tu oficina. Creí que… -dudó en si decir lo que pensaba, pero ocultar más cosas a esa altura ya no le parecía bien. –Creí que era Karam, pero él estaba contigo en la oficina. No había manera posible en que me lo topara o algo parecido.

-¿Por qué no dijiste nada? –Yunho parecía más tranquilo.

-Quería asegurarme que de verdad era Jaejoong.

-No la interrogues mucho, Yunho. Estaba haciendo lo mismo que nosotros. –defendió Yoochun, y hasta entonces, Jihye pudo tranquilizarse más.

Estar entre ellos dos le había dado un poco de angustia y miedo. Pero ahora se encontraba mucho mejor. Segura, como siempre lo había estado al tenerlos a ellos en su vida.

-Sí… lo siento, Jihye. –se disculpó su hermano. Jihye le brindó una sonrisa, aunque por la oscuridad del auto, y la noche, este no lo vio.

-Tranquilo. Puedo imaginar todo lo que sientes y piensas en estos momentos. No está siendo fácil para ninguno. –todos asintieron.

-Ahora, debemos de buscar la manera en averiguar sobre lo que sucedió, sin que Jaejoong lo note. –sugirió Changmin, mirando por pequeños lapsos de tiempo a su copiloto (semi-dormido), y a las tres personas que estaban en el asiento trasero.

-Yo pienso que también deberíamos de preguntarle a ese policía… -dijo Yoochun. –Me es muy extraño que siendo policía, no indagó más en la vida de Jaejoong. Pero sobre todo, que sepa cuál es su nombre, a pesar de que ahora sea Kim.

-¿Pero no le será extraño que preguntemos todo eso? –habló Junsu, desganadamente. El sueño parecía vencerlo. –Además, no se ve muy platicador que se diga…

-Es cierto. Pero Jaejoong parece tenerle mucho afecto. Hoy no logré profundizar demasiado sobre lo que tienen. Pero él afirma que sólo lo ve como un hermano. –Jihye colocó una de sus manos sobre la pierna de su hermano mayor, pero se topó con la mano de él.

-Eso pensará Jaejoong… -dijo entre dientes.

-Quizá sea cierto. Pero hay algo que ni Yihan sabe. –Jihye amplió su sonrisa, y todos, exceptuando a Junsu que se había quedado totalmente dormido, prestaron más atención a lo que la chica tenía por decirles.

-¿Qué cosa? –Yoochun no ocultó su emoción.

-Hoy me dijo que uno de sus compañeros de trabajo le llamaba mucho la atención. –no ocultó su pequeña risita.

-No me digas que yo, porque toda mi vida lo he visto como un hermano más. –dijo Yoochun en tono de defensa.

-¡Claro que no! –Jihye rió más fuerte. –Es Yunho.

Desde entonces, lo único que se escuchó fue la fuerte respiración de un Junsu dormido, y como algunos automóviles los sobrepasaban en velocidad.

Fin del capítulo tres.

* ~ * Dame la oportunidad de conquistarte * ~ *

Adelanto capítulo cuatro

-Vamos, Jae. –Yihan toma el brazo de Karam, y este no dice nada por la impresión.

-Lo lamento. –Jaejoong llega y aleja a Yihan, mientras da varias inclinaciones de cabeza en señal de disculpa. –Yihan, vamos. –dice al ver que el otro no lo obedecía tan rápido.

-Disculpa… -Karam habló. -¿Cómo te llamas? –quería saber si realmente era él. Si su sueño ya se había acabado.

-Kim Jaejoong. –respondió extrañado. Pensaba que le diría algo referente a lo que había sucedido.

-Y yo Jin Yihan, su pareja. -colocó uno de sus brazos sobre los hombros de Jaejoong, y lo acercó más a su cuerpo.

Karam forzó una sonrisa. Esperaba que Yunho nunca lo volviera a ver, ya tenía un gran avance con él y ningún muerto volvería a la vida para impedírselo. No ahora que Yunho comenzaba a sonreírle más, sólo a él.

No ahora que hasta sus ojos demostraban felicidad. Y ojalá él tampoco se lo volviera a topar en lo que le quedaba de vida.

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*Como iba vestido Yunho >3<