Dame la oportunidad de conquistarte - Capítulo 2

1. Lamento la demora~
2, Espero no mueran al leer
3. Os amo demasiado... acabo de levantarme, así que amo a todos xD~

Capítulo 2

Yihan jamás se vio así mismo, enamorado de otro chico. Pero ahí se encontraba él, sonriendo ante la emoción de Jaejoong por su ida a Seúl.

Jaejoong tenía gran parte de cosas ya listas para la mudanza. Los pocos muebles que se llevarían, llegarían tiempo después de que ellos ya estuvieran instalados en su casa en Seúl.

-Bien, ya podemos ir a tomar el avión para irnos a Seúl. –Jaejoong tomó una pequeña maleta, y se colocó frente a Yihan, demasiado sonriente.

-Bien, esperaba porque dijeras ya eso. –ambos sonrieron, y se dirigieron al auto estacionado frente a su casa.

Camino al aeropuerto, Jaejoong le dijo a Yihan todo lo que harían en su primer día. Aunque este último dudaba un poco, ya que ambos estarían cansados por la mudanza y el viaje, aun así, asentía con una sonrisa.

Al llegar a Seúl, Jaejoong no dejó de observar, asombrado y emocionado, a la gran ciudad que se lucía ante sus ojos. Yihan lo observaba con una mirada cálida y amorosa.

-¡Esta es la casa! –Jaejoong se bajó emocionado del taxi, cuando este ya se había estacionado. Yihan se bajó tranquilamente, y tomó sus maletas.

Jaejoong saludó emocionadamente a la mujer que los esperaba frente a la que sería su casa. Yihan también le saludó, pero más tranquilo y riendo al ver que Jaejoong moría por entrar en aquel lugar. La casa, si era comparada con la que tenían en Jeju, era más pequeña. Pero esta le había encantado a Jaejoong, y Yihan la observó mejor.

Tenía un aire muy hogareño, pero moderno. La mujer los hizo pasar y conocer mejor su casa. Jaejoong observaba todo maravillado. Amaba aquella casa.

-Estás son sus llaves, y no duden en llamar a mi número por si tienen algún problema con la casa o los alrededores. Y recuerden que esta es una zona familiar, así que, escucharán niños correr por un lado a otro en cualquier momento. –dijo aquella mujer antes de irse.

Jaejoong le agradeció y la acompañó a la puerta. Al regresar de nuevo dentro de la casa, Yihan se encontraba viendo un poco todo.

-Entonces…  ¿qué te parece? –Jaejoong tomó a Yihan del brazo y le brindó una enorme sonrisa.

-Muy linda. Sólo que nos metiste en una zona familiar. –enarcó una ceja. Jaejoong llevó una de sus manos a su boca para ocultar su risa.

-Bueno, con el tiempo nos acostumbraremos. –Jaejoong se apartó de él y se dirigió a la cocina.

Yihan observó el lento caminar de Jaejoong hacia el lugar. Como si aquellas palabras tuvieran otro significado.

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-Krystal, hoy me iré temprano. –Yunho entregaba algunos papeles a su secretaria y masajeaba su sien. –Entrégaselos a Yoochun, por favor. –la mujer asintió.

-¿Se encuentra bien? –Krystal lo miró preocupada.

-Descuida, es sólo cansancio. –le brindó una amplia sonrisa. –Bien, me marcho.

Krystal no apartó su vista preocupada de aquel cuerpo, hasta que estuvo fuera de su alcance.

Yunho ni pensó en llamar a Karam para decirle que se iría más temprano de la empresa. Y decidió ir hacia algún bar. Quería relajarse o tomar hasta ya no pensar más. No lo sabía.

Pero quería que su corazón dejara de sentirse así.

El ambiente tranquilo de aquel bar, le dio un poco de calma. Se acercó a la barra y pidió un poco de licor, no tan fuerte, para comenzar. Y se mantuvo así por largo tiempo, pensando.

Y no haciéndolo realmente. Se perdía entre sus pensamientos y recuerdos. Que no escuchó cuando su teléfono comenzó a sonar insistentemente a cada momento. Siendo Karam el que llamaba.

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Jaejoong logró convencer a Yihan de salir por un momento en lo que quedaba del día. Compraron comida rápida para cenar esa noche. Jaejoong se encargaría de ir a hacer todas las compras necesarias el día siguiente.

Se forjaron un camino para su regreso, y Yihan se lo repitió dos veces a Jaejoong. Porque había momentos en que era muy despistado.

-También deberíamos de venir a tomar un día aquí. –Jaejoong vio con ojos brillosos la entrada de aquel bar, donde ellos se encontraban pasando por ese momento.

-¿De verdad, Jaejoong? –Yihan le vio incrédulo. Haciendo reír al mencionado.

-Lo olvidaba. Tú no haces cosas incorrectas. –Jaejoong rió por largo momento, mientras se alejaban de ahí.

-Olvidé llamarte, Karam. Lo lamento. –Yunho salió de aquel bar, caminando del lado contrario de donde aquellos dos cuerpos iban.

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-Deberíamos de convencer más a Yunho de salir con nosotros. –Yoochun dejaba su pequeña copa en la mesa, y dirigía su mirada hacia sus amigos.

-Pero no sólo llevarlo a bares para emborracharlo. –Junsu llevó sus palillos con comida hacia su boca y Yoochun rió al verlo actuar tan tierno, pese a su edad.

-Quizá… no. –Changmin le quitó un poco de su comida y Junsu lo vio enfadado. –Así comenzará a sacar todo lo que Karam le ha reprimido.

-Apoyo eso. –Yoochun levantó su copa llena de alcohol, nuevamente. Chocando con la copa de Changmin.

-Alcohólicos. –Junsu siguió comiendo, y los otros sólo lo ignoraron. Siguiendo con su plan de que Yunho saliera más, sin tener a Karam como su guardián.

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Al volver a su casa. Jaejoong y Yihan comieron poco, para luego dirigirse directamente a su cama y descansar. Yihan tenía que trabajar desde muy temprano. Y no podía llegar tarde, por ser nuevo en aquel lugar.

Jaejoong aún tenía unos días de descanso, para luego iniciar su trabajo. Por lo que le dijo a Yihan que él se encargaría de todo lo que hiciera falta en aquella casa. Y decidió salir a comprar varias cosas para sus próximas comidas,  y así, conocer más del lugar.

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-Nos alegra demasiado que se nos una, Agente Jin. –el jefe de aquella comisaría le daba la bienvenida a Yihan. Los demás agentes se encontraban frente a sus escritorios, observando a Yihan quien en ese momento daba pequeñas reverencias como saludos.

-Muchas gracias a todos por aceptarme en este lugar. –Yihan dio una enorme sonrisa para todos, y pareció agradable para los demás.

-Al contrario. Hemos escuchado maravillas de ti. –hasta entonces, uno de los hombres que se encontraban ahí, se acercó a Yihan y palmeó uno de sus hombros. Muy sonriente.

-Así es. Será un gusto trabajar contigo, Agente Jin. –otro se acercó a él también y le brindó una gran sonrisa.

-Y bien. ¿Quién de ustedes será mi pareja? –miró a todos, y luego a su jefe, cuando vio que ninguno respondía.

Cuando su jefe iba a responder, un hombre venía haciendo ruido desde la entrada. Todos dirigieron su vista al lugar, y observaron como una mujer venía sosteniendo bruscamente a aquel hombre.

-¡Le he dicho que yo no he hecho nada! –el hombro volvió a gritarle a ella cuando esta le sentó a la fuerza en una silla de interrogatorio frente a su escritorio de trabajo.

-Las pruebas dicen lo contrario. Así que cállate y haz todo esto más fácil. –el jefe de todos negó con su rostro, y se acercó a aquella mujer.

-No puedes estar siempre de esta manera. Un día de estos puede que alguien diga la verdad y luego todo… -su jefe iba a colocar su mano en el hombro de aquella chica, pero justo en ese momento, ella le dio una mirada de que no lo hiciera.

-No doy un paso sin pruebas. Es imposible equivocarme. –ella continúo con lo suyo. Y su jefe dio un suspiro.

-Como sea, tu nueva pareja ya se encuentra aquí. –hasta entonces, ella detuvo lo que hacía. Yihan se sorprendió al escuchar aquello, logrando que sus compañeros rieran.

-Mucha suerte, amigo. La necesitarás. –le dijo el que estaba a su lado derecho, llamado Youngwoon.

-Sólo… encuentra como sobrevivir con ella. –el otro chico, de nombre Jungsoo, levantó sus pulgares en señal de ánimo y se fue con Youngwoon.

Yihan volvió a fijar su vista hacia aquella mujer, quien lo observaba atentamente. Quiso sonreírle como saludo, pero ante su atenta mirada, se dijo que no era ni lo correcto. Ni lo que ella quisiera en ese momento.

-¿Seguro qué es un agente? –la chica lo estudió de arriba abajo. Enarcando una de sus cejas cuando sus miradas se encontraron.

-El mejor de su comisaría. –su jefe habló encantado. Y ella rodeó los ojos. Sentía que exageraba.

-Kwon Boa. –y al decir su nombre, prosiguió con su trabajo.

Yihan sólo atinó con asentir, y dejar que su jefe lo guiara a su nuevo escritorio.

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Jaejoong llevaba unas bolsas llenas de comida en una de sus manos, y en la otra su celular. Iba muy concentrado en el aparato, que pocas veces miraba hacia el frente y su camino.

Cuando sintió un leve dolor en su pecho y luego sintiendo como caía al suelo, sentado. Notó que una linda chica había estado en su camino.

Jihye iba tan sumergida en sus pensamientos que no notó al hombre que iba en su misma dirección, ocupado con su teléfono.

-Lo lamento. –sobó un poco su frente, mientras ambos se levantaban.

-No te preocupes, venía distraído. –Jihye abrió lentamente sus ojos, un poco confusa. Cuando pudo ver bien al chico frente a ella, se asombró.

-¿Karam? –se le hizo muy extraño. Minutos atrás había dejado a su hermano en su oficina, y ahí se encontraba Karam. Además, que el menor tenía su cabello negro, y este lo tenía un poco más claro.

-¿Eh? Creo que me confundes. –el chico tapó su risa con una de sus manos. –Mi nombre es Jaejoong. Kim Jaejoong, mucho gusto. –hizo una pequeña reverencia, y Jihye solo atinó a asentir ante lo dicho por el otro.

-L-lo lamento. Jaejoong-ssi. –decir aquel nombre otra vez, se le hizo muy extraño. Pero se sintió emocionada a la vez.

El gran amor de su hermano, estaba frente a ella.

O eso pensaba. Porque si no era el mismo Jaejoong de hace muchos años atrás, entonces, ¿quién era? Pero negó eso. Nadie podría parecerse a Jaejoong, por más que intentara.

Por más que Karam (inconscientemente), lo intentara.

-¿Me dejas invitarte a algo por lo sucedido? Ha sido toda mi culpa. –Jaejoong la miró con unos ojos suplicantes, y muy pocos podían decir no ante aquella mirada.

Pero Jihye no aceptó por aquella mirada.

Aceptó acompañarlo a su casa y tomar un poco de café con él, para poder comprender por qué tenía a Jaejoong frente a ella, y este parecía no reconocerla.

Si bien, en esos años ella había crecido y cambiado un poco. No estaba muy lejana a tener rasgos que te hicieran recordar a la pequeña Jihye, tan sólo unos años menor a Yunho. Y que recordaba muy bien a Jaejoong.

-Y dígame, Jaejoong-ssi. ¿No es de Seúl? Puedo notar su acento algo extraño. –Jihye le brindó una enorme sonrisa, para no parecer una entrometida. Y sorbió un poco más de su café y se acomodó más en aquel sofá.

-Sí. Soy de Jeju. Allí he vivido desde que recuerdo. –Jaejoong tomó una de las galletas que compró, y tuvo un pedazo de ella en su boca, antes de morderla. Se encontraba frente a Jihye, sentado en el suelo y dándole la espalda al televisor de aquella sala.

-¿Si? –Jihye frunció el ceño y también tomó una galleta del plato del centro en la mesa. -¿Y has vivido solo? –Jaejoong negó de inmediato.

-Siempre he vivido con Yihan. Incluso aquí en Seúl. Vivimos juntos. Él es un gran policía. –Jaejoong amplió tanto su sonrisa, que hizo pensar muchas cosas más a Jihye.

-Él es… -Jaejoong pareció notar la pregunta que tenía Jihye en mente.

-Es como mi hermano mayor. Nada más. –tomó un poco de su café y apuntó algo en los post-it que tenía a su lado. –Siempre me ha cuidado y ayudado en lo que he necesitado. Es la única familia que tengo. –Jaejoong bajó la mirada un poco desanimado. Y Jihye decidió cambiar de tema.

-Gracias por todo, Jaejoong-ssi. Pero debo irme. –Jihye se levantó y dio una reverencia a Jaejoong.

-No deberías darlas. Fue mi culpa que hayamos tropezado. Así que toma. Cualquier cosa que necesites, puedes llamarme. –Jaejoong le extendió el post-it con su número de celular. Le brindó una sonrisa y una leve reverencia y la acompañó a la puerta. -¿No quieres que te acompañe a tu casa o a tomar el bus?

-Descuida. Conozco el camino. –Jihye volvió a darle una reverencia. –Ten por seguro que te llamaré, Jaejoong-ssi. –se despidieron y Jihye partió a su casa.

Jihye colocó el post-it en su billetera y siguió con su camino de regreso a casa.

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Yunho masajeaba sus sienes mientras Yoochun seguía diciendo sus razones por las cuales deberían salir ese día todos juntos.

Sus amigos ya llevaban varios minutos en su oficina. Luego de que Karam se marchara. Ellos habían entrado muy emocionados. Aunque Yunho no pensó lo mismo luego de haber escuchado el por qué habían ingresado a aquella oficina.

-¡Incluso Hyunjoong vendrá! –Yoochun extendió sus brazos para exagerar más lo que decía y golpeó a Junsu en la cara, ya que este último se encontraba en la silla a un lado de Yoochun.

-No intentes arruinar más la cara de Junsu, Yoochun. –Changmin dijo como si nada, tomando un poco de su jugo de frutas. Se encontraba recostado en la pared, junto a la gran ventana que aquella oficina tenía.

-Cierto. Lo lamento Junsu, suficiente tienes con la cara que te cargas ahora. –Junsu frunció su entrecejo y vio a ambos chicos, enojado. Esto logró que Yunho se riera internamente. Y para deleite de los presentes. Lo exteriorizó.

-Entonces, Yunho… ¿vendrás con nosotros? –Changmin lo miro sonriente, colocándose detrás de la silla de Junsu y colocando una de sus manos en el hombro del otro para que dejara de planear la muerte lenta y dolorosa de Yoochun. Quien, hasta ese momento, apartó la vista del otro.

-No estaría mal. Sólo debo decirle a Karam y… -Yoochun le arrebató su celular a Yunho y con su mano libre  le hizo una seña en negación.

-Dijimos que nada de Karam. –Yoochun apagó aquel celular y se lo entregó. –Debes empezar a soltarte, Yunho. Aunque catorce años después. –Yoochun rió por lo que dijo.

-Yunho-hyung, te hará muy bien despegarte de muchas cosas. Ser independiente. –Junsu le brindó una sonrisa confortante, y Yunho se relajó un poco.

-Está bien. Saldremos todos juntos esta noche. –Yunho guardó el celular en su bolsillo, y brindó una enorme sonrisa a sus amigos.

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Jihye se encerró en su habitación cuando volvió a su casa. Caminaba de un lado a otro en aquel lugar. Pensando.

-¿Debería decirle a Yunho…? –mordió su labio inferior, quedándose un momento frente a su espejo. –De seguro me dirá que he alucinado. –negó débilmente. –Pero no. No lo he hecho. He tenido a Jaejoong frente a mis ojos. A ‘su’ Jaejoong… -se miró en aquel espejo y sostuvo fuerte el post-it en su mano. –Debo tener muy bien guardado esto.

Colocó el post-it en su cajita preferida. En su escritorio frente a su ventana. No sin antes haber guardado aquel número en su celular como “JJ”

Sabía que aquel número lo necesitaría en un futuro. Pero que no le convenía poner el nombre completo. No con Karam rondando por su casa.

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-¿Por qué diablos Yunho no me contesta? –Karam tiró su celular al asiento copiloto de su auto.

Se encontraba frente al gran edificio donde Yunho trabaja. Y este último aún no se presentaba frente a él para irse. Y ya era la décima vez que llamaba y lo mandaba a buzón.

-Ojalá esos imbéciles no se lo hayan llevado de nuevo a sus estúpidas salidas. –Karam salió de su auto, y comenzó a caminar dentro del gran edificio, para dirigirse a la oficina de Yunho.

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-Estoy en casa. –Yihan dejó sus llaves sobre la pequeña mesa que quedaba a un lado de la puerta y se quitó sus zapatos para colocarse sus pantuflas y pasar cómodamente a la casa.

-Estoy en la cocina. –Jaejoong gritó desde donde dijo que se encontraba.

Yihan se acercó a la cocina, observando a Jaejoong moviéndose ágilmente por aquel lugar no tan espacioso. Pero le agradó demasiado.

Jaejoong se miraba muy hogareño con el delantal rojo con lunares blancos, que él mismo le había regalado unos meses atrás.

-¿Cocinando ya? –Yihan se cruzó de brazos y se recostó en el marco de la puerta.

-Sip. Preparo nuestra cena y lo que llevaremos de almuerzo para mañana. –Jaejoong sacó unos boles de la estantería y buscó unos utensilios para seguir con su receta en mente. –Puedes sentarte en la mesa. Dentro de poco estará lista la cena. –lo vio por un corto momento para brindarle una gran sonrisa.

Yihan obedeció y se dirigió al comedor, observando como Jaejoong ya había colocado todo lo necesario para ellos dos.

-Así que, ¿mañana ya vuelves al trabajo? –Yihan sonrió al ver la decoración. Se acomodó en su silla y acarició la servilleta de seda, colocada a un lado de su plato. Amplió su sonrisa al ver las dos velas colocadas paralelamente una de la otra.

-Sip. Estoy un poco nervioso. Pero ya quiero comenzar. Sé que será algo emocionante. –Jaejoong llegó al comedor y colocó unos pequeños platos en la mesa y volvió a la cocina.

-Sé que lo será. –Yihan llevó a su boca, el pequeño aperitivo que se encontraba frente a él.

-¿Cómo te fue a ti? –Jaejoong golpeó la mano de Yihan cuando volvió al comedor y vio que quiso tomar otro aperitivo. –Espera a que me siente contigo. –infló sus mejillas, y Yihan rió.

-Me fue muy bien. Salvo que mi pareja es una chica. –Jaejoong enarcó una ceja. –Y no digo que sea malo. –negó inmediatamente. –Es sólo que… -Jaejoong finalmente se sentó con él, al ver que ya tenía toda la comida en la mesa.

-¿Qué sucede con ella? –Jaejoong comenzó a servir un poco de cada cosa en ambos platos y tomó un poco de su vaso con agua.

-Boa tiene una actitud muy fuerte. Es buena en su trabajo. Pero pareciera que me odia ¡Y aún no me conoce! –Yihan también bebió de su vaso con agua para tratar de tranquilizarse.

-Pues alguien aprende muy rápido los nombres de sus compañeros. –Jaejoong llevó un poco de comida a su boca, muy feliz por lo que decía.

-Mi trabajo me exige no perder el mínimo detalle. –Yihan comenzó a comer, escapando de la mirada de Jaejoong.

-Sí, claro. –Jaejoong no quiso darle más vuelta al asunto, y dejó que la cena prosiguiera.

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-¡Otra ronda! –Yoochun elevó muy alto su copa y la chocó con la de Changmin. Junsu negaba con su rostro desde su lugar, algo alejado del pequeño espectáculo que habían comenzado a hacer ellos.

-Toma otra Yunho. ¡Hasta el fondo! –Hyunjoong le extendió otra copa con alcohol a Yunho. Este la aceptó pero dudo un poco si tomarla o no. -¡Vamos, hombre!

Todos animaron a Yunho y este terminó cediendo. Tomando todo el contenido en un solo trago.

-Vamos, Junsu ¡disfrutemos de esta noche! –Yoochun se acercó al menor y rodeó los hombros del otro con uno de sus brazos.

-Aléjate de mí. Apestas a alcohol. –Junsu quitó aquel brazo de él, sin el menor tacto posible.

-Oh, vamos. Sabes que no encontrarás más que alcohol y gente borracha en lugares como estos. –a pesar de todo, Yoochun seguía con su gran ánimo. –Sólo un poco, vamos. Toma un poco, nada más.

-No. –Junsu tomó su vaso con gaseosa y bebió de el para no hacer una locura con Yoochun.

-Déjalo ya, Yoochun. Recuerda que es el único que podrá llevarnos a casa cuando esto termine. –Changmin llegó sonriente. Colocando su brazo sobre el hombre de Junsu y recostando su cuerpo en él.

-Jo~ no es justo que sólo tú puedas hacer eso, estando en ese estado. –Yoochun frunció su entrecejo e hizo un tierno puchero. Justo cuando Junsu iba a responderle, escucharon como la gente enloquecía.

-¡Fondo, fondo, fondo! –Hyunjoong se paró en una silla y gritaba junto a las personas que lo rodeaban a él y Yunho. Quien se encontraba tomando un vaso más grande de alcohol.

-¡A seguir la fiesta! –Yoochun arrastró a Changmin con él y fueron con sus amigos para seguir con ello.

Junsu se dijo que ya no volvería a ir con ellos, y sonrió al imaginar lo que harían al no poder manejar de regreso a sus casas. Ya que a ninguno le gustaba pedir un taxi en ese estado.

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Jihye siempre se sentía incómoda al estar en un mismo lugar con Karam. Y más, si sólo eran ellos dos. Que pocas veces ocurría.

-De seguro salió con sus amigos. Es normal a su edad. Deberías irte a tu casa, ya es tarde. –Jihye trató de que Karam entendiera que no podía estar en aquella casa siendo más de media noche.

-Debo saber por qué no me llamó o me mandó un mensaje. ¡No me dijo nada! –Karam caminaba de un lado a otro en aquella sala. Jihye calló al ver que el otro se alteraba.

De pronto, se escuchó como un auto se estacionaba frente a aquella casa y luego se marchaba. Después de algunos largos segundos. La puerta se abrió, y dejó ver a un Yunho muy ebrio.

Yunho caminó torpemente hacia las escaleras que lo llevarían a su habitación. Ignorando el par de ojos furiosos que lo observaban en ese momento.

-Yunho… -Jihye susurró al ver como Karam siguió a su hermano, escaleras arriba. Temerosa de lo que podría pasar, decidió seguirlos también. –Karam, es hora de que te vayas. Como ves, Yunho no se encuentra en buen estado. Sea lo que quieras decirle, hazlo cuando pueda responderte en sus cinco sentidos.

Karam ignoró lo que Jihye le dijo. Y en su lugar, se encerró en la habitación de Yunho, luego de que este entrara y se tirara en su cama.

-Estás pasando un límite, Karam… -Jihye miró sombríamente la puerta de la habitación de su hermano, y luego se dirigió a la suya.

Dentro de la habitación de Yunho. Este se encontraba acomodándose en su cama. Lo único que quería era dormir y no despertar hasta dos días después.

-¿Dónde estabas, Yunho? –Karam habló tranquilamente. Cruzándose de brazos y mirándolo sin expresión alguna.

-Por ahí~ -respondió vagamente. Riendo en el proceso.

-¿No viste mis llamadas o mis mensajes? ¿Por qué no me respondiste ni uno? –Karam se sentó en un extremo de la cama, cuando Yunho se colocó boca arriba.

-Quiero descansar… vete, por favor. –Yunho cerró sus ojos, y esto hizo enojar más a Karam.

-¡No sabes lo mierda que he estado preguntándome donde rayos has estado y con quién! –Karam se levantó furioso. Lanzando unas almohadas en el proceso. Yunho sólo se movió inquieto y lo miró como pudo.

-Joongie. Tú no eres así… por favor. Hablemos cuando estés más tranquilo. –Yunho se quitó sus zapatos y se metió bajo sus sábanas.

Fue la gota que rebasó el vaso de Karam.

Con todo el enojo del mundo, salió de aquella habitación y casa. Caminó lo más rápido que pudo a su auto y arrancó.

Condujo lo más rápido que podía por las calles de Seúl. Sintiendo como su rostro comenzaba a mojarse debido a sus lágrimas. Pero se negó a llorar más.

Porque Jaejoong ya no existía. E incluso él muerto. No dejaría que el fantasma de su hermano lo atormentara. Sólo él se encontraba vivo. Jaejoong, no.

Y eso era suficiente para saber que tendría a Yunho para siempre a su lado. No importa lo que hiciera o cómo se vistiera. Y con Jaejoong muerto…

Iba a tener a Yunho como sea.

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-Estuvo muy delicioso todo. –Yihan colocó todos los recipientes sucios en el lavatrastos. Jaejoong terminaba de limpiar la cocina.

-Yo me encargaré de todo. Puedes tomar un baño y dormirte. –Jaejoong le brindó una enorme sonrisa y se colocó frente al lavatrastos y se colocó sus guantes para comenzar a lavar.

Yihan asintió, pero se quedó un momento observándolo. Pensó en tomarlo de la cintura y colocar su barbilla en el hombro del otro. Pero en su lugar, colocó sus manos en su espalda e hizo el resto.

-Descansa, Jaejoong. –dejó un pequeño beso en la mejilla del otro, dejando a Jaejoong estático por un momento.

Te ves muy hermoso cocinando. Me encanta verte de espaldas y saber que preparas algo delicioso para ambos. Mi Jaejoongie…

-Descansa, Yihan… -Jaejoong se quedó observando por la ventana que tenía frente a él. Sin mirar un lugar en específico. Dio un largo suspiro y cerró sus ojos.

No era la primera vez que aquella voz lo atormentaba en sus pensamientos. Pero siempre pasaba cuando Yihan se acercaba a él de esa manera, y por ello, le había pedido que ya no lo hiciera más.

Continuó con lo suyo, tratando de alejar todo de su mente.

Fin del capítulo dos.

* ~ * Dame la oportunidad de conquistarte * ~ *

Adelanto Capítulo 3

-Me alegra encontrarlos a todos juntos. –sonrió el Señor Kang, encargado de todo el personal. –Déjenme presentarles a  Kim Jaejoong. Será nuestro nuevo diseñador y asesor en ventas. 

-Kim Jaejoong, mucho gusto y espero que nuestro trabajo sea un éxito. –dio una reverencia de noventa grados y al levantarse, ellos seguían sin mucho que decir.

-Bien… -el Señor Kang tosió en señal de que despertaran o dijeran algo a Jaejoong.

-Será un gusto tenerte aquí, Jaejoong. –extendió su mano en señal de saludo.

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