Mi hermosa familia - YunJae

Título: Mi hermosa familia
Autor: Marysabel
Pareja(s): YunJae
Extensión: One-Shot
Género: Romántico
Sinopsis: Jung Yunho nos presenta la historia sobre él y su hermosa familia.
N/A: Realmente, esto iba a ser "publicado" para el día del padre (madre, en su historia original jamás escrita), y aprovechando que el sueño no llegaba a mi... espero les guste :) 

[Yunho]

Quiero presentarme ante todos ustedes. Soy Jung Yunho, dueño de mi propia (mediana) empresa. Cuento con un auto y casa propia.

Y con la mejor familia que pude alguna vez pedir en mi vida, y que, a veces dudo de merecerla. Simplemente no comprendo cómo es que tengo a los seres más maravillosos a mi lado. 

Comenzaré con el inicio de esta historia. 

Todo comenzó un día gris, el clima en Seúl no había sido el mejor esos últimos días, y vaya que se acomodaba a mi estado de ánimo. Por esas fechas, Go Ara (mi antigua esposa) se había largado con otro hombre, dejándome a mi suerte, pero lo que más me enojo de su abandono, fue, que también abandono a mi hijo, porque ya no puedo decir nuestro.

Changmin tan solo tenía dos años cuando su madre se fue, apenas comenzaba a hablar, pero no sé si fue por eso, o porque no quería preguntarme, pero no menciono nada por la falta de su madre en nuestra vida. Aunque no sabría que responderle, realmente.

Conocí, gracias a un amigo, sobre una guardería, mi empresa comenzaba a tener frutos en ventas, por lo que mi tiempo para cuidar a Changmin se reducía más.

Pero llevarlo ahí fue lo mejor que pudo haber pasado en nuestras vidas. Changmin comenzó a contarme sobre su molesto compañero, Junsu, o voz chillona de delfín, como le decía él. Siempre reía cuando me contaba sobre él, porque aunque dijera que le molestaba mucho, notaba un pequeño brillo en sus ojos con cada mención que hacía.

Me conto que Junsu era un año mayor que él, pero que aun así, Junsu parecía de su misma edad o incluso menor que él. No tuve el placer de conocer a Junsu, hasta aquel día de celebración a las madres.

Me sentí muy incómodo, la maestra me había pedido que fuera, sabía de nuestra situación y me dijo que había otro padre en mi misma situación, que no me preocupara. Que incluso podría charlar con él para no sentirme tan incómodo rodeado de todas las madres del lugar.

Cuando Changmin y yo llegamos, decidí sentarme en un lugar apartado, aunque luego nos pidieron sentarnos donde nuestros hijos solían estar todos los días. Changmin vino muy feliz a mi lado para presentarme a Junsu, era, no, perdón, es un niño muy lindo y tierno, con una enorme sonrisa en su rostro y con ojos alegres, se notaba que le encantaba hacer sonreír a todos a su alrededor. 

Por ver la felicidad que irradiaba Junsu, no note un cuerpo detrás de él, un poco alejado. Pero luego de un tiempo, Junsu corrió hacia él, jalándolo de su mano para que conociera a Changmin.

-Changmin, mira, este es mi papá. –Changmin le dio una pequeña reverencia y una sonrisa, mientras que yo solo lo observe detenidamente. 

Era un hombre muy hermoso, debía admitirlo, aunque los hombres no fueran mi tipo, su belleza podía notarse a distancia. ¿Quién era para negarlo? 

-Mucho gusto, Jung Yunho, padre de Changmin. –le extendí mi mano en un saludo, muy sonriente. Pero solo recibí una sonrisa de su parte, pensé en ese momento si no le había agradado, o si de alguna forma, había hecho algo que le había molestado.

-Kim Jaejoong, padre de Junsu. –dijo secamente, pensando si estrechar mi mano o no, y al final lo hizo. 

Ese día nos pasamos uno al lado del otro, aunque Jaejoong no fuera de muchas palabras. Sabía que él escondía algo, mi corazón me decía que debía de acercarme más a ese hombre, quizá necesitaba a alguien con quien hablar.

Y así lo hice. Al terminar la pequeña festividad y nuestros hijos se encontraban jugando en el jardín del lugar, me acerque a Jaejoong, un poco nervioso.

-Te ves con una mirada distante. –comenté colocándome a su lado, cerca de la puerta que daba del salón hacia el jardín, dando un pequeño vistazo a mi pequeño.

-No es nada. –se cruzó de brazos, en ningún momento dejo de ver lo que Junsu hacía, era comprensible.

-Ya veo… -un pequeño silencio incómodo se creó entre nosotros. –Me gustaría poder hablar contigo más seguido. Creo que el que nuestros hijos sean amigos, hará que nos veamos frecuentemente. –lo vio con un sonrisa, él solo giro para verme sorprendido.

-¿En serio?... ¿No cree que… me veo, algo… ya sabe “raro”? –recalcó la última palabra. Fruncí el ceño, ¿a qué se refería? Que él podía ser de todo, menos raro. A menos que te plantearas que era extremadamente hermoso, eso sí que era raro… moví mi cabeza en movimiento, tanto para negarle eso como para despejar esos pensamientos.

-No sé a lo que se refiere, Jaejoong-ssi –reí un poco, pero me hacía gracia totalmente. Hasta entonces, Jaejoong pudo relajarse un poco, sonreí en victoria por eso. 

-Solo, espero que luego no se arrepienta de ello. –soltó un suspiro. Yo le dije que no sería así. Aunque no sabía lo que me esperaría luego. 

-¡Papá! ¡Junsu está besándome! –Changmin grito desde el otro lado del jardín.

-¡Mamá! ¡Changmin estaba pegándome, por eso lo tuve que detener! –chillo Junsu, corriendo hacia los brazo de Jaejoong, seguido de un enojado Changmin.

Me sorprendí al escuchar a Junsu decirle mamá, pero no le cuestione nada, si luego nos volvíamos cercanos, tendría la confianza de contarme sobre eso. Y yo respetaría el tiempo necesario que fuera.

Después de ese día, Jaejoong y yo nos encontrábamos en pequeños lugares cada vez que podíamos, y en su mayoría llevábamos a nuestros pequeños. Me alegro el notar como poco a poco Jaejoong sonreía frente a mí y también como iba conociendo parte de su vida. Yo le había contado todo acerca de la madre de Changmin, vi por un momento una mirada de tristeza, supuse que fue porque le parecía algo muy triste lo que nos había ocurrido. Por lo que me atreví a preguntar lo que había sucedido con la madre de Junsu.

Fue cuando sentí que mi corazón se quebraba, por algún motivo. Jaejoong había conocido a la madre de Junsu pocos días antes de que ella muriera, lo mire totalmente confundido. ¿Junsu no era su hijo entonces?... miles de preguntas se formaron en mi mente, que se respondían cuando el continuaba con su historia. 
Fue en unas vacaciones que tuvo de su trabajo, cuando viajo hacia Busan, junto a su novio. Yo quede en silencio, aunque Jaejoong se sentía un poco incómodo, sonreí para que no tuviera miedo o algo parecido. Al segundo día de haber llegado, salió muy temprano para comprar algunas cosas para su desayuno, cuando se topó con una mujer embarazada frente a una tienda de comestibles. 

Lo único en que pensó fue en ayudarla, y fue cuando se dio cuenta que pronto daría a luz. Pidió ayuda lo más rápido posible. Llevándola al hospital más cercano. En el camino, la mujer le rogo que hiciera todo lo posible para que su hijo naciera, y que si era posible, se encargará de él. 

Jaejoong creyó que era por el miedo del momento que la mujer le pedía algo más. Por suerte pudo saber el nombre de aquella mujer, Kim Sooyun. Jaejoong estuvo esperando largo rato, hasta que el doctor volvió hacia él, con una mirada indescriptible. Para su mala suerte, la madre de Junsu había muerto luego de dar a luz a su hijo. El doctor le había regañado al decirle que la mujer se encontraba en malas condiciones desde tiempo atrás, pero él no pudo hacer nada más que bajar su mirada.

Así que, con un dolor en su corazón, fue a registrar el nacimiento de Junsu, colocando como madre a Kim Sooyun y a él, como padre. Jaejoong se pasó toda la noche ahí, hasta que le permitieran llevarse a Junsu. Al regresar al lugar que se hospedaba, encontró a su novio totalmente desesperado y enojado con él. Jaejoong entonces noto que lo había estado llamando por todo el día anterior. Pero no dijo mucho, más que contarle lo que había sucedido.

Aquel hombre lo había mirado perplejo, no creyendo lo que escuchaba. Pero no le dijo nada, simplemente le dio la espalda, y comenzó a guardar sus cosas.

-Regresemos a Seúl. –fue lo último que escucho en aquel viaje.

Cuando volvieron, aquel hombre término con Jaejoong, le dijo que tener un bebé no era algo que quería en ese momento. Y aunque eso hirió demasiado a Jaejoong, lo acepto, porque él no se alejaría de Junsu, porque cumpliría con la promesa que le había hecho a Sooyun. Además, de que Junsu ya le había quitado su corazón desde el primer momento en que lo vio.

Por estar al pendiente de Junsu, descuido su trabajo, haciendo que lo despidieran. Comenzó a buscar otro, pero le fue muy difícil, tomando lo que sea que estuviera vacante, teniendo incluso varios trabajos en un día. Pero no se arrepentía, porque tomo a Junsu como su hijo propio. 

Yo sonreí con algunas lágrimas en los ojos, que quite rápidamente antes de que las notara. Jaejoong era alguien realmente admirable, hacer eso por el hijo de alguien más, no lo hacía cualquiera, sino es que nadie.

Desde ese día, Jaejoong fue más abierto conmigo. Y fue cuando comencé a tener muchos problemas conmigo mismo.

Porque comenzaba a enamorarme de Jaejoong. 

De aquel valiente y honorable hombre. Y aunque él no lo notará, yo me daba cuenta que había momentos en que se sonrojaba al verme o con algunas cosas que le decía. Pero no me atrevía a decirle lo que estaba descubriendo, porque incluso me sentía confundido conmigo mismo. Inseguro, también.

Hasta que un día, lo vi con Dokho, su ex. Jaejoong no se veía para nada feliz, pero el otro tenía una mirada decidida. No sabía quién era, puesto que los observaba desde lejos, a un lado de mi auto, frente a la cafetería en el que habíamos quedado Jaejoong y yo. Lo supe cuando aquel hombre lo agarró del brazo, casi lastimándolo y Jaejoong le pidió que lo soltara. 

Ese día me acerque lo más furioso posible y lo aleje de Jaejoong de un solo golpe en el rostro. El otro intento darme un golpe, pero lo detuve a tiempo, y en cambio, yo le di otro golpe en su rostro y estómago. Jaejoong me pidió que parara, y lo hice, más por la fea apariencia que comenzaba a tener Dokho. 

-¡¿Quién diablos eres?! –dijo escupiendo un poco de la sangre que le quedaba en su boca.

-La nueva pareja de Jaejoong, y la última. –Jaejoong giro a verme totalmente asombrado. –Así que te advierto que no te vuelva a acercar a él, o te irá peor. –el otro hombre solo le dio una mirada a Jaejoong, y se fue.
Jaejoong no dejo de verme en todo momento, yo no dije nada, y comenzaba a sentirme incómodo. Hice ademan de volver hacia mi auto, pero la mano de Jaejoong sobre mi brazo me detuvo.

-¿Qué fue eso? –pregunto refiriéndose a que había dicho de que era su novio.

-¿Qué cosa?... solo me molesto ver cómo te tomaba del brazo. Nada cortés. –dije intentando ocultar mi nerviosismo.

-No… lo de que… eres mi pareja. –mordió su labio inferior mientras bajaba su mirada. Como amaba cuando hacia eso. 

-Ah… eso… es… bueno. Verás, eso… -Jaejoong rió ante mi gran explicación, y me sonrió. Como diciéndome que comprendía totalmente.

Desde entonces, Jaejoong y yo comenzamos a tener citas, cosas más formales. Aunque no olvidábamos las salidas con Changmin y Junsu, esas eran las que más llenas de risas y diversión tenían.

-¡Mamá! ¡Changmin está jalándome del pelo! –chillo Junsu desde la pequeña simulación del árbol de aquel parque para niños en el centro comercial.

-¡Papá! ¡Junsu me dio una mala mirada antes! –tanto Jaejoong como yo reímos ante sus gritos, sus pleitos eran tan comunes en ellos, que nos preocupábamos cuando no decían nada el uno del otro.

-Por cierto, Jaejoong. –llame su atención tomándolo de la mano. Jaejoong me miro con una sonrisa.

-¿Si?

-Puedo… ¿puedo preguntar porque Junsu te dice ‘mamá’? –Jaejoong se sorprendió, más no se vio incómodo ante eso, y me alegre, no me hubiera gustado tocar otro tema delicado para él.

-Fue en su fiesta de primer cumpleaños. Me encontraba dándole un poco de pastel, cuando hable sin pensarlo. –dio un suspiro y luego una enorme sonrisa. –“Debes de comer mucho para hacer a mamá feliz”. Fue lo que le dije, aunque no me refería a mí. –rio. Sabía a lo que se refería. –Pero grande fue mi sorpresa al escuchar como de sus pequeños labios salió su primera palabra. “mamá”… -pequeñas lágrimas se acumularon en sus ojos y lo abracé para que dejara fluir todo eso.

-Debiste de sentirte el ser más feliz del mundo. –le sonreí.

-Claro que lo estuve… pero aún sentía un poco de tristeza, me decía que no debía ser yo quien debería estar escuchando esas palabras. Sin embargo, las cosas así eran, era yo el que se encontraba frente a él. Y no había más. Desde entonces no dejo de llamarme así, y tampoco tenía el poco corazón para corregirle y pedirle que me dijera papá. Simplemente no podía. –soltó una risa nerviosa.

-Cada vez me doy cuenta del porque me terminé enamorando de ti, Kim Jaejoong… -le susurre para luego darle un beso en la frente. 

Al terminar ese día, y dejar a Jaejoong y Junsu en su casa, le pedí a Jaejoong hablar con él un momento, en la puerta de su casa. 

-Me gustaría… que aceptaras ser mi pareja. Incluyendo todo lo que implica. –Jaejoong no dijo nada, y estuvo así por un tiempo largo, asustándome.

-He llegado a pensar que Junsu y Changmin no terminaran siendo solo amigos… -rio nerviosamente, vi sus ojos brillar.

Desde entonces, nos mudamos a una casa más grande. Fue muy cómica la reacción de Changmin y Junsu cuando les contamos que viviríamos todos juntos, porque ahora éramos una pareja. Primero giraron para verse, haciendo muecas de “¿Realmente ahora serás mi hermano?”, haciendo que Jaejoong y yo riéramos. Pero nos abrazaron fuertemente, en aprobación de ello.
A los pocos años, logramos viajar hacia Estados Unidos, donde intentamos adoptar, por alguna razón, queríamos otro pequeño con nosotros, y no porque Changmin y Junsu no llenaran nuestras vidas, simplemente, sentimos que nuestros corazones nos lo pedían.

Se los comentamos a los pequeños, y se encontraron totalmente emocionados por ello. Para nuestra suerte, logramos adoptar, llegando así a nuestras vidas, Yoochun, un pequeño de la edad de Junsu, pero mayor que él por algunos meses. Todos nos encontramos totalmente felices al recibirlo en nuestras vidas.

A Yoochun le costó un poco acostumbrarse a esta familia, sobre todo a las peleas de Junsu con Changmin, y viceversa, y termino siendo incluso, cómplice de Changmin o Junsu, según le convenía. 

Jaejoong y yo no podíamos pedir nada más. Teníamos una hermosa casa, buenos trabajos, unos hijos maravillosos, incluso habíamos adoptado a animales, dos perros y tres gatos, para ser sinceros. Cada uno de la familia, le había colocado un nombre a uno de los animales. Teniendo así a Jiji, Leo y Tiger para los gatos y Taepoong y Vick para los perros. 

Y así era mi alegre familia. Hermosa, sin más ni menos. 

-¿En qué piensas tanto? –Jaejoong me rodeo con sus brazos desde la espalda. Me encontraba frente a la enorme ventana que daba hacia nuestro jardín.

-En todo. Tú, los niños… incluso hasta de los perros. –los dos reímos por eso.

-¿Eres feliz? –me gire para quedar frente a él.

-Más que eso. –le di un tierno beso.

-Te amo Yunho. –Jaejoong me abrazó fuertemente, escondiendo su rostro en mí pecho, yo rodeo su cuerpo con mis brazos, soltando un suspiro tranquilo.

-También te amo, Jaejoong. Demasiado. –deje un tierno beso en su cabeza. Nos quedamos así hasta que escuchamos unas sonrisas algo bajitas. Nos separamos un poco para encontrarnos con tres pares de ojos divertidos.

-Están otra vez melosos. –nos dijo Changmin. 

-¡Déjalos! Tienen derecho a demostrarse lo mucho que se aman. –le respondió Junsu, sacándole la lengua en molestia. 

Yoochun y Changmin rieron ante lo cómico que Junsu se veía. 

Y mire a mí alrededor, viendo descansar a Taepoong y Vick en el centro de la sala, mientras que los gatos se encontraban en su quinto sueño en su lugar alrededor de la sala.

Y vi a los pequeños, haciéndose bromas entre ellos. Sonreí. Luego vi a la persona a mi lado, atrayéndola más a mi cuerpo, quien me observo sonriente. Y volví a sonreír.

No podía pedir nada más, ya lo tenía todo. A una hermosa familia. Pero sobre todo, a un hermoso ser a mi lado. A mi mejor amigo, amante, compañero, hermano, esposo y confidente. 

Kim Jaejoong.