Título: No sabes
Autor: Marysabel
Pareja(s): KangTeuk
Extensión: OneShot
Género: Suspenso, Drama.
Sinopsis: ¿Está bien como estamos? ¿Es mejor quedarse así?
Youngwoon se ha confesado a Jungsoo, pero este último no le corresponde. Creando así, una serie de eventos un tanto, desastrosos, para el futuro de alguno de ellos.
-------------------------
-Eish. Este loco de nuevo –decía Jungsoo luego de cerrar las
cortinas de su ventana que daba vista hacia la calle frente a su casa.
Hace un tiempo un tipo, de nombre Youngwoon, iba todos los
días a la casa de Jungsoo. Hace un tiempo atrás, Youngwoon, había confesado sus
sentimientos a Jungsoo.
Este último lo había rechazado. Los dos eran hombres.
Jungsoo creía que ese tipo, como decidió llamarlo, estaba loco por sentir algo
así.
Decidió terminar de arreglarse para así poder ir a estudiar
en paz…o lo que Youngwoon le permitía.
-¡Jungsoo, el desayuno! –gritó su madre desde la parte baja.
-¡Voy! –tomo su mochila y fue rápidamente a donde su madre
se encontraba.
Comió lo más rápido que pudo, recibiendo un regaño de su
madre. Se cepilló los dientes y se colocó sus zapatos en la puerta. Para así,
poder salir al fin.
Cerró la puerta de hierro y comenzó a caminar hacia su
instituto.
Se giró para ver si Youngwoon lo seguía, cosa que así era.
-Aham –extendió todo su brazo. Negándole a Youngwoon el
paso. –No te atrevas a seguirme. Ya te lo he dicho. –dijo, haciendo ademan de alguna
técnica de artes marciales.
-Estudio donde tú estudias…solo vengo para ver que nada te
pase.
-Si claro –se bufó Jungsoo para luego, continuar con su
camino.
Ya iba acostumbrándose a la presencia de Youngwoon, lo
cierto era, que no era tan molesto que él estuviera a su lado.
El que los chicos matones dejarán de seguirlo, era cosa del
pasado. Youngwoon parecía como su guardaespaldas.
Sonrió ante eso, y aunque él no lo supiera, o no lo quisiera
reconocer, siempre que venía un recuerdo de lo que “había ganado” desde que
Youngwoon lo acompañaba, a su mente, una sonrisa se le escapaba.
Claramente Youngwoon nunca notaba eso, pues, iba a varios
pasos detrás de él.
Jungsoo se dirigió tranquilamente a su salón de clases, esto
era lo que más odiaba Youngwoon, pues, pese a que no se notaba, ellos eran de
años diferentes, siendo Jungsoo el mayor, aunque, para los demás Youngwoon se
veía mayor.
-Ah~ nuestro Teukie viene muy feliz –decía Heechul con una
sonrisa igual o mayor que la de Jungsoo.
Esto era lo que más le fastidiaba a Youngwoon de tener
clases diferentes.
Kim Heechul.
Uno de los mejores amigos de Jungsoo. A quien trataba con
mucho cariño, y podía notar a veces, con amor.
Sin duda Heechul sabía de Youngwoon, y como no hacerlo,
cuando aquel enorme tipo casi le rompía su hermosa cara, un día en los baños.
Describiendo ese día como “el peor de todos en su miserable vida”
Las horas pasaban y la hora de volver a casa llegó.
La rutina de Youngwoon y Jungsoo se cumplía una vez más.
Había una que otra vez, Jungsoo pasaba a una tienda de 24
horas a comprar unas bebidas.
-Toma –dijo extendiéndole una lata con bebida de ginseng.
-¿Ginseng? –dijo viéndolo desconcertado.
-Puede que en algún momento te encuentres con fatiga, tanto
física como…emocional. –dijo, ya con un pequeño tono de cansado al ver que no
tomaba la lata. –Bien, si no la quieres pues…
-No. La tomaré –dijo, para rápidamente aceptar lo que le
ofrecía, rozando levemente la mano de Jungsoo, haciendo que este la quitará
rápidamente por el contacto.
-Bien. –dijo, para luego continuar con la marcha hacia su
casa.
Al llegar, Youngwoon
solo se cercioró que Jungsoo estuviera dentro de su casa para después
irse.
Jungsoo dejó caer su mochila en la puerta de su casa, se
quitó sus zapatos y entró. Su madre lo recibió con una enorme sonrisa y él le
correspondió.
-¿Por qué no invitaste a tu amigo a entrar? –preguntó su
madre luego de colocarle el último platillo de comida sobre la mesa.
-¿Amigo? –preguntó confundido mientras tomaba una cucharada
de sopa.
-Sí. Vi que alguien vino contigo. Debiste ser más cortes y
decirle que entrara.
-Él no es mi amigo, madre. –su madre ya no dijo más y
terminaron de comer.
-Tsk. ¿Mi amigo? ¿Ese loco? –decía Jungsoo en su habitación.
Ellos no eran nada más que desconocidos, eso estaba claro,
al menos para Jungsoo que se lo repetía una y otra vez.
Youngwoon llegó a su casa, cansado, como siempre.
Sabía que de alguna forma perdía su tiempo al estar detrás,
literalmente, de Jungsoo. El irlo a traer y llevar del instituto a casa de este
último, era agotador, mentalmente.
Saco la lata de ginseng, que anteriormente Jungsoo le había
regalado y la observó por un rato.
La dejo en su mesa de noche y se dirigió hacia su comedor,
donde sus padres lo esperaban.
Al día siguiente, Youngwoon se levantó más temprano de lo
normal. Lo cierto era que, no había podido dormir en toda la noche, por pensar
en su situación con Jungsoo.
Llegó nuevamente a la casa de Jungsoo y lo espero, como
siempre.
Se encontraban caminando, cuando de pronto, Youngwoon
decidió animarse a decirle lo que le rondo en su cabeza toda la noche.
-Jungsoo…
-Dije que mantengamos distancia.
-Tú… ¿No has pensado lo que siento por ti? –los dos se
detuvieron. Jungsoo se giró para verlo.
-Mira...Youngwoon, lo que tu sientes por mí es nada más
que…algún tipo de curiosidad. ¿Piensas que es amor?
-¿Por qué no? –le enfrentó.
-Sabes que…”este” tipo de amor no es normal ¿Cierto? Digo,
no quiero lastimarte pero… puede que lo que sientas sea curiosidad, y nada más
–decir aquello, pese que le advirtió que no lastimaría al otro, terminó por
lastimarse a sí mismo.
Youngwoon sólo giró su rostro, como meditando lo que le
había dicho.
Jungsoo decidió ignorar lo que había sentido y volvió a retomar
su camino, siguiéndole el otro.
A la hora de salida, Youngwoon no se encontraba fuera de la
clase de Jungsoo, este quiso ignorar del porque y comenzó a caminar fuera del
instituto, hasta que se topó con una vista que, según su corazón, no le agrado
nada.
Youngwoon se encontraba hablando con una chica, al parecer,
muy agradables. Jungsoo rodó sus ojos y decidió irse de una vez.
Al llegar a su casa no quiso comer, diciendo que no tenía
hambre, cosa que era cierto. Pues, de alguna forma el ver a Youngwoon con
aquella chica le quito el apetito y ganas de hacer cualquier cosa.
Decidió dejar de pensar en eso conectándose en internet.
Vio que Youngwoon también se encontraba conectado, pero a Jungsoo le
extraño que este no le hablara, pues, cada vez que los dos se encontraban
conectados, era el menor el que comenzaba a hablarle. Y aunque el otro fuera
cortante, Youngwoon encontraba temas de conversación.
Prefirió dejar todo de lado y escuchar música. Ya vería lo
que sucedía mañana.
Mientras, en la casa de Youngwoon, se encontraban teniendo
una pequeña reunión.
-Tu padre consiguió un mejor trabajo –decía su madre.
-Me alegro por ti, padre –decía sonriente, en lo que podía,
Youngwoon.
-Sí, la cosa es….que tendremos que mudarnos –dijo ahora su
padre.
-¿Cómo? –su sonrisa se borró del todo.
-Queremos…que termines aunque sea este año escolar. Sería
muy ingrato de nuestra parte que te fueras a mitad del año. –su madre se había
acercado a él, para darle leves caricias en la cabeza.
-Yo… ¿Es oficial esto? –seguía sin comprender.
-Si –dijeron sus dos padres.
-Bi…bien –se levantó. –Estaré en mi habitación. Y se fue.
Realmente, no había mucho que le atara a ese lugar, salvo
Jungsoo.
Pero, él, no correspondía siquiera algo de sus sentimientos,
no eran ni amigos, por más que él haya intentado que lo fueran.
Él se hubiera conformado con esa amistad.
Entonces, desde mañana comenzaría a empacar todo lo que le
pertenecía, sabía que una mudanza sería un tanto cansina y pesada. Por lo que
dejar todo para de último no sería bueno. Y sus clases comenzaban a llegar a la
recta final, pronto se iría de ahí.
Pasaban los días y Jungsoo, de alguna forma, se había
acostumbrado a que Youngwoon ya no llegara a traerlo y menos a dejarlo.
Sabía que ese momento llegaría. Pero algo en él le decía que
algo faltaba.
No sabía cómo, pero se había acostumbrado tanto a la
presencia del otro. Que ahora, sin duda, le hacía falta.
Pero se dijo a sí mismo, que como se acostumbró a tenerlo
detrás de el de un lado para otro, también tendría que acostumbrarse a no
tenerlo cerca.
Después de todo, tarde o temprano tendría que haber pasado.
El tiempo pasó casi volando y ya se encontraban en las
semanas finales de estudio.
Jungsoo había ido a la dirección a dejar unos papeles,
cuando vio a Youngwoon y rápidamente se escondió. No sabía el porqué, pero su
instinto le dijo que lo hiciera.
-Bien, joven Kim. Aquí está toda su papelería –decía la
secretaria a Youngwoon mientras le entregaba un folder con lo antes dicho.
-Gracias –respondió Youngwoon con una sonrisa, un tanto
forzada.
-¿Y cuándo se mudara? –preguntó la señora.
-Dentro de unos días.
-¿Y ya tienen todo listo? Es mejor asegurarse, créame, me he
mudado varias veces –dijo riéndose por lo último.
-Si…ya está todo listo. Gracias nuevamente –dio una
reverencia y se marchó de ahí.
La cara de Jungsoo era indescriptible, el escuchar que
Youngwoon se mudaba le traía un sinfín de preguntas a su cabeza.
¿Por qué se muda? ¿A dónde?
Esas eran unas de ellas. Heechul lo sacó de sus pensamientos
asustándolo.
-¡Oye! –le reclamó
-Es que te veías tan cómico con esa cara. –dijo riendo.
-¿Qué haces aquí, eh? –preguntó mientras lo arrastraba fuera del escondite.
-Solo…solo vine a dejar unos papeles –dijo mostrando lo que
llevaba en las manos.
-Sí, claro. –se acercaron con la secretaria. -¿Ya vino
Youngwoon a traer sus papeles? –preguntó.
Lo sorprendente era, que Heechul era el presidente
estudiantil, pese a que se veía como alguien descuidado con sus clases y demás.
Pero de alguna forma se había ganado el apoyo de gran parte de estudiantes.
-Sí. Hace unos momentos se fue. Era un chico grandioso, que
lástima que se haya ido –dijo con nostalgia.
-Si… una pena. –Heechul volteó a ver a Jungsoo como si
supiera algo, pero el otro sólo ignoró lo que la mirada le decía.
-Yo… venía a dejar esto –habló al fin Jungsoo.
-Gracias cariño –la secretaria le recibió los papeles.
-Heechul… -Jungsoo lo llamó mientras lo alejaba un poco de
ahí.
-¿Qué pasa?
-Tú… ¿Acaso sabes la dirección de donde vive Youngwoon?
-¿Por qué? –lo vio divertido.
-So…solo –le era difícil decir para que lo quería –bien, si
no lo sabes, no importa.
-Claro que lo sé, cariño~ -dijo como burla.
-Eish, no seas así.
-Bien. Te lo daré. Como buen amigo que soy.
-Gracias. –lo vio feliz.
-Pero – Jungsoo sabía que habría un pero. –A cambio, deberás
de decirle a Hankyung que tiene que venir a hablar conmigo.
-¡Pero tú puedes hacer eso!
-¿Lo harás o no? –le advirtió.
-Bien lo haré –se resignó.
Heechul le dio anotado la dirección.
Jungsoo, de los días que quedaban de estudio no hizo nada más
que ver la dirección, acostado en su cama.
Debatiéndose del porque había hecho eso. Youngwoon y él no
eran nada, si bien, entraban en la categoría de conocidos. O bueno, era lo que
siempre se decía.
Pero, por más que se negara, sabía que algo en su interior
le decía que Youngwoon era más que su conocido.
Le hacía falta tenerlo a su lado. Ese “acosador” detrás de él,
las pequeñas y cortantes platicas que mantenían por chat. Y las caminatas de
ida y vuelta del instituto a su casa.
No estaba comenzando a sentir amor por el ¿Cierto?
No. Él mismo le había negado esa posibilidad a Youngwoon un
sinfín de veces.
Pero. ¿Ahora qué estaba pasando?
¿Era quizá el sentimiento de que nunca más vería a Youngwoon?
¿O el remordimiento de que lo había tratado mal respecto a
sus sentimeintos?
Lo cierto era que, ya los días se estaban acabando y si tenía
esa dirección, tendría que utilizarla.
Al día siguiente, Youngwoon no había ido a estudiar,
haciendo que de alguna forma alterara a Jungsoo.
No se lo había topado para nada, y él mismo sacó sus
conclusiones.
Habían adelantado su viaje.
Jungsoo decidió saltarse sus clases para irse a su casa.
Cuando llego, se topó con Youngwoon en la entrada.
Tranquilizándolo enormemente.
-Youngwoon… -dijo en lo que su agitada respiración le
permitía.
-Jungsoo –dijo con una sonrisa.
-¿Qué paso? ¿A qué se viene tu visita? –dijo indiferente.
-Yo… vine…. Quería saber si
has pensado sobre mis sentimientos.
-¿Qué?
-Sé que has dicho un sinfín de veces que…
-¿Es eso? ¿Sólo eso? –decepción había en su voz, y no sabía
porque.
-¿Eh?...si, es eso.
-Bien, solo te repito lo de siempre. Yo no sentiría algo por
ti. Es… simplemente no lo sentiría. –se decía más a si mismo que al menor.
-Bien –bajo su cabeza decepcionado. Había ido ahí, deseando
que algo diferente hubiera pasado. –Me voy - dijo dando una sonrisa triste.
-¡Youngwoon! –dijo Jungsoo cuando el otro ya estaba un tanto
lejos. Haciendo que este parara, sintiendo una esperanza dentro de su ser. –Nos
vemos pronto –dijo esto último, sabiendo que realmente eso no sería cierto.
-Nos vemos –dijo totalmente deprimido Youngwoon.
Jungsoo paso inquieto toda la noche. Sin duda, no sabía del
porque su actitud tan fría y dura con Youngwoon.
Pero, él mismo era el que se negaba a pensar siquiera en
sentir algo por el menor.
Simplemente no se podía.
Al día siguiente, sábado, Jungsoo no había hecho gran parte
de provecho de su descanso.
Aún se encontraba viendo la dirección de Youngwoon en su
cama. Pero como las horas pasaban un fuerte dolor sentía en su corazón, como si
algo desastroso para él estaba pasando.
De pronto, una pequeña voz en su interior le dijo que dejara
de ser cobarde, y pese que aún no supiera claramente lo que sentía, que fuera y
afrontara todo.
Tomo rápidamente sus llaves y salió corriendo hacia dicha
dirección.
Mientras lo hacía, recuerdos pasaban por su mente. Se
golpeaba a si mismo por haber sido tan malo con Youngwoon, el otro lo único
malo que había hecho, era confesarle su amor.
Su más sincero amor.
Cuando llego pudo notar que ya no habitaba ni un alma dicha
casa, se sintió muy frustrado y dio fuertes pisadas al pisado.
De pronto vio como salía un auto y en él se encontraba Youngwoon,
quien no lo vio, pues tenía la mirada gacha.
Como pudo intento acercarse al auto, pero el auto iba
rápido.
Decidió correr detrás de él, gritando.
-¡Youngwoon! ¡Youngwoon! –decía muy agitado.
Decidió parar para tomar algo de aire.
-¡Youngwoon! –dio su último grito detrás de aquel auto que
se alejaba cada vez más.
¿Por qué no comenzamos a tomar riesgos?
Puede que, por dejarlos ir, perdemos nuestras mejores
oportunidades en la vida.
No importa el qué dirán, y las consecuencias que traigan.
Pero, es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho y no de lo que no se hizo.
Recuerda.
El que no arriesga…
No gana u.u
ResponderBorrar