En la oscuridad - Capítulo 4

Capítulo 4

A la mañana siguiente, Jungsoo se encontraba durmiendo plácidamente sobre Youngwoon. Abrazándolo casi como a un peluche.

Youngwoon despertó, sintiendo felicidad en su corazón al ver aquello. Jungsoo parecía un ángel mientras dormía.

Youngwoon se levantó de la cama, tratando de que el otro no despertara. Tendría lo mismo de trabajo ese día también.

Fue a darse una ducha, se cambió y se dirigió a la habitación de su madre.

Grande fue su sorpresa al ver a su madre peor. Creyó que se estaba recuperando, pero no era así.

-Mamá –agitó un poco el cuerpo de su vieja madre.

-Estoy bien. Ve a estudiar. –le dijo con una sonrisa cansada.

-Compraré sin falta tus medicinas. Lo prometo –tomó sus manos para que sintiera que lo que decía era cierto.

-Hijo –unas lágrimas comenzaron a salirle a la pobre señora.

Jungsoo se encontraba recostado en el marco de la puerta, viendo la patética escena, según él. Youngwoon le dio un beso en la frente a su madre. Para luego levantarse y despedirse.

Al girarse se encontró con la figura de Jungsoo. Lo vio sorprendido. Jungsoo se cruzó de manos.

-No puede verme –Youngwoon volteó a ver a su madre tras dicho eso. –Y tampoco oírme. –le dijo, para tranquilizarlo.
Youngwoon decidió fingir que nadie había ahí aparte de ellos dos. Y así salir de ahí.

-¿Eso significa que muchas personas no te ven en el día? –comenzó a meter todo lo que necesitaría para ese día en su mochila.

-Solo si yo lo quiero. Ese es mi poder. –dijo divertido.

-Jungsoo… -respiró profundo a lo que preguntaría. -¿Tú eres el único?

-¿Eh? ¿Único? –intentó de encontrar la mirada del otro. -¿Vampiro en esta área de Seúl? ¿Es eso? –Youngwoon asintió.  -Si…

-¿Y en el país…? –volvió a preguntar.

-Hay más… por alguna razón creen que los de esta área son un asco. Por eso estoy aquí. –se sentó bruscamente en la cama.

-¿Cómo? –lo vio dudoso.

-Sí. Eso dicen. Y no mienten. La sangre de los habitantes de aquí no es tan….satisfactoria –Youngwoon se tensó ante esa declaración –Pero ya me acostumbre –el otro lo vio horrorizado. -¿Qué? Es de lo que vivo. No puedo hacer nada –giró su cabeza.

-¿No te sientes solo? –sabía que si él vivía allí y los otros no, podría ser que Jungsoo así se sintiera.

-Para nada. Me gusta estar solo…. Y pensar –volvió con su mirada de superioridad. –Bien. Tenemos que irnos. –se levantó.

-¿Eh?... ¿No piensas descansar más? Digo… al final fuiste tú quien… bueno… -se sintió apenado de pronto. Al recordar todo lo que hicieron la noche anterior.

-Yah~ deja de pensar en eso. No es mi primera vez, ya te lo dije –metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Caminaron hacia la universidad de Youngwoon. Y Jungsoo lo veía con detenimiento.

-Bien. Me despido… -lo vio, preguntándose si esa sería la última vez que lo vería.

-Sí. Hasta nunca –y al final, así era.

-Bien… -cabizbajo, Youngwoon ingresó a su universidad.

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Jungsoo caminaba por uno de los pasillos de aquella gran mansión.

Donde él, Heechul, Hankyung y muchos más vampiros vivían ahí.

-¡Hyung! –un alegre chico se tiró encima de Jungsoo.

-¿Donghae? ¿Cuántas veces te he dicho que no hagas eso de sorpresa? –le decía como podía, pues, al tirársele lo había abrazado muy fuerte, cerca del cuello.

-Eh~…lo siento, hyung. –safó el agarre.

-Así que has vuelto ¿Eh? –Heechul y Hankyung se acercaban a donde los otros dos estaban.

-No me alegra verte Heechul –comentó Jungsoo.

-Hyung me extraño a mi ¿Cierto? –decía cariñosamente Donghae, mientras se aferraba al brazo derecho de Jungsoo.

-Hola, hyung –dijo Hankyung.

-¿Qué has hecho Donghae? –preguntó frío Jungsoo. Como siempre.

-Bueno…conocí a alguien. –dijo Donghae.

-Así que nuestro pequeño hermanito está creciendo –se burló Heechul.

-¡No soy tu hermanito! –chilló. Vio con ojos tiernos a Jungsoo. -¿Verdad, Jungsoo hyung?

-Deja de hacer esas caras, no pareces lo que eres. –le dijo serio, y alejándolo un poco de él.

-Incluso Jungsoo te aleja –volvió a burlarse Heechul.

-¡Oye! –Donghae iba a tirársele encima, pero Jungsoo se lo impidió.

-Déjalo, no crees problemas con él….de nuevo –dijo irritado.

-¡Si, Hyung! –respondió, de más alegre.

-Bien. Nosotros nos iremos. –Heechul tomó la mano de Hankyung y se acercó a Jungsoo. –Nos vemos luego, Jungsoo –Heechul se despidió de su mayor, con un profundo beso en los labios. Donghae y Hankyung no dijeron nada ante ello.

-Hyung… -habló Donghae de nuevo.

-¿Quién es ese chico que te interesa? –le preguntó, retomando el camino hacia su habitación.

-Es un humano –sonrió. –Claramente sólo lo quiero para jugar…lo sabes hyung ¿Verdad? –lo vio como un cachorrito.

-Así debe ser Donghae. Tú no debes de enamorarte de un… insignificante humano. –se giró para verlo a los ojos. -¿Cómo se llama?

-Lee Hyukjae. Quizá no es la gran cosa pero…. Es un excelente juguete sexual. –sonrió al recordar algo.

-¿Ya has hecho algo con él? –lo vio dudoso.

-¡No, Hyung!... No aún –sonrió, mostrando sus colmillos.

-Bien… -se giró, y termino el recorrido a su habitación, que compartía con Donghae.

Aunque esos dos no eran hermanos de sangre, Jungsoo había tomado un enorme cariño por el menor, tanto, como un hermano menor.

El que siempre quiso tener.

Y Donghae, a pesar de todo lo que había escuchado de Jungsoo, lo había querido como a su hermano mayor.  Sin importar lo que pasaría después de ello.